Cuando termine de definirse el reacomodamiento de las fuerzas políticas que inciden en el aparato de Estado, Danilo Medina Sánchez emergerá como el tercer Presidente más poderoso que haya tenido el país en los últimos 100 años, detrás de Rafael Leónidas Trujillo y Joaquín Antonio Balaguer. Los libros de historia que leerán los estudiantes de Básica dentro de 10 o 20 años mostrarán a los presidentes de ese siglo arbitrario 1916-2016, en su gran mayoría, como unos “chivitos” comparados con Medina. Veamos, aparte de Trujillo y Balaguer, cuyas ejecutorias conocemos mejor que nada:

 

  • Rafael Filiberto Bonnelly Fondeur (19 enero 1962-27 de febrero 1963). Encabezó un gobierno de transición cuya principal meta era la de organizar las primeras elecciones tras la caída del régimen tiránico. Los estamentos militares, dominados todavía por los neotrujillistas, andaban por un lado y él por el otro; Bonnelly ni se atrevió a meterse con ellos, lo cual lo privó de un resorte de poder decisivo en aquella época.
Presidente Danilo Medina y el magnate José Luis Corripio Estrada (Pepín)
Presidente Danilo Medina y el magnate José Luis Corripio Estrada (Pepín)
  • Juan Bosch (27 febrero-25 septiembre 1963).Derrocado cuando apenas intentó trasladar a un teniente coronel del complejo de San Isidro que le adversaba (Elías Wessin); no le dio tiempo a aplicar ningún artículo significativo de la nueva y novedosa Constitución. Sus fans lo recuerdan más por lo que no hizo que por lo que hizo. Poder no tuvo ninguno, prácticamente.
  • Donald Reid Cabral (25 septiembre 1963- 26 abril 1965). Las pugnas entre las facciones militares, mientras él se mantenía ocupado en saquear y repartir el patrimonio de Trujillo, lo zarandeaban de un lado a otro. Llegó a verse con tan poco poder que quienes lo derrocaron, el 24 de abril de 1965, no se dirigieron al Palacio Nacional,donde él se encontraba,sino a la guarnición militar más poderosa. Reid Cabral se daría cuenta de lo que pasaba horas después.
  • Francisco Alberto Caamaño Deñó (5 de mayo -3 de septiembre 1965). Su mandato fue más moral que otra cosa, pues solo ejerció poder efectivamente sobre la antigua ciudad de Santo Domingo, “20 cuadras” en palabras del general invasor Bruce Palmer.
Rafael Trujillo, quien pisoteó al pueblo dominicano desde 1930 a 1961
Rafael Trujillo, quien pisoteó al pueblo dominicano desde 1930 a 1961
  • Antonio Imbert Barrera (7 de mayo -30 de agosto 1965). El presidente del llamado Gobierno de Reconstrucción Nacional gobernaba menos cuadras que el presidente Caamaño ya que su jurisdicción no pasaba del Centro de los Héroes (La Feria) y el poderoso complejo de San Isidro, sede del poder militar, le era adverso. El pago de los empleados públicos que se hacía a su nombre realmente lo desembolsaba el invasor. Gran parte del país estuvo de facto sin un gobierno efectivo entre el 24 de abril y el 3 de septiembre de 1965. Donde había autoridad esta era ejercida por los militares de San Isidro o las fuerzas invasoras estadounidenses (la llamada Fuerza Interamericana de Paz de la OEA).
  • Héctor García Godoy (3 septiembre 1965- 1º julio 1966). Tenía que pedirle permiso al jefe de las fuerzas armadas, comodoro Francisco Javier Rivera Caminero, hasta para ir de su casa al Palacio. Como refleja la prensa de la época, los militares no le tenían ningún respeto. Y, ¿qué Presidente tiene poder sin respaldo militar?
  • Silvestre Antonio Guzmán Fernández (1978-1982), el primer Presidente después de Trujillo, aparte de Balaguer, que ostentó efectivamente poder ejecutivo. Esto así porque se apoyó hábilmente en una de las facciones militares que se disputaron el poder durante Los 12 Años y dela cual se fue desembarazando poco a poco. Apoyado por los estadounidenses, disfrutó también de uno de los recursos más efectivos del poder: un presupuesto elevado.
  • Salvador Omar Jorge Blanco(1982-1986). Su mandato fue tan opaco que, al abandonar la presidencia, se convirtió en un paria político el resto de su vida y en el único mandatario dominicano de tiempos modernos que hayaestado en la cárcel. Detentó tan poco poder efectivo que ni siquiera intentó reelegirse. Si aquí se reunieran los historiadores, como se estila en Estados Unidos, para hacer un ranking de los presidentes, Jorge Blanco no quedaría en una posición decente. ¿Hizo algo que se recuerde, aparte de la matanza de abril de 1984?
Joaquín Balague, sirvió fielmente al tirano Trujillo, y luego presidió su propia régimen despótico de 1966 a 1978. Posteriormente retornaría al poder por 10 años, de 1986 a 1996.
Joaquín Balague, sirvió fielmente al tirano Trujillo, y luego presidió su propia régimen despótico de 1966 a 1978. Posteriormente retornaría al poder por 10 años, de 1986 a 1996.
  • Leonel Antonio Fernández Reyna (1996-2000/20004-12). De las tres fuentes de donde dimana el poder de los presidentes dominicanos (firmar los cheques, firmar los decretos y encabezar las fuerzas armadas y la policía) Leonel solo tuvo dos: el presupuesto y los decretos. Esto así porque las fuerzas armadas en la época de Leonel se hallaban en el punto más bajo de un complejo proceso de decadencia mayormente económica que comenzó en los tiempos de Jorge Blanco y se acentuó durante los 10 años de Balaguer. Recuérdese que en los años 90 muchos soldados y policías, incluso oficiales, se iban en yola para Puerto Rico. Durante el segundo mandato de Leonel y el de Hipólito Mejía se dio un proceso de reestructuración de las fuerzas armadas que las llevó a su actual nivel (Profesionalización de oficiales y clases, incorporación de mujeres, mayores recursos, etc.). Muy largo de explicar. Solamente hay que ver que los generales de estos últimos 20 años hasta escriben libros y artículos de prensa. El más destacado de ellos, sin duda, es José Miguel Ángel Soto Jiménez. Hace años que ya no hay generales KJ, o sea, no académicos.
  • Hipólito Mejía (2000-04). Aunque tenía ascendiente sobre los militares, además de sus antiguas vinculaciones familiares y personales con ellos, Mejía desperdició la oportunidad de hacer un gobierno que lo dejara con una mejor imagen. Tan polémico y controversial, reflejaba falta de mira de largo plazo. ¿Qué obra dejó aparte de terminar e inaugurar el puente Juan Bosch sobre el rio Ozama? Y luego, oh, ¡Baninter! Hasta ahí llegó.

¡Vamos a ver ahora quién es el estratega!, se dice que exclamó alguien del entorno del presidente Leonel Fernández (algunos afirman que el mismo Fernández) refiriéndose a Danilo Medina, tras la victoria del líder peledeísta en las elecciones de 2008, de acuerdo a una versión que circuló en medios periodísticos y políticos en aquella ocasión. Esto podría ser leyenda o alguna distorsión de hechos reales, pero lo cierto es que en torno a Medina se fue tejiendo desde los ’90 una fama de estratega y a él se le otorgaba gran parte del crédito por las victorias electorales del PLD. Mientras a Leonel se le reconocía como el líder carismático a Danilo se le acreditaba el convertiren votos la popularidad de Leonel. Pero nadie se conforma con ser segundo toda la vida, así que la confrontación de ambos dirigentes por el liderato supremo era previsible. Los ejemplos de segundos que rompieron con sus jefes por querer ser primeros abundan en la historia dominicana: Lora, Álvarez Bogaert, Peña Gómez, Jacinto Peynado, Jaime David.

La pugna Leonel-Danilo comenzó a gestarse a comienzos de los ’90 cuando ambos formaron parte de una fracción al interior del PLD que, bajo el liderato del comandante Norge Botello, se trazó alcanzar el poder prescindiendo de la figura de Juan Bosch pero sin enfrentarlo directamente, lo cual lograron exitosamente en 1996 en alianza con Joaquín Balaguer y el Partido reformista Social Cristiano.

Tras la derrota del PLD en 2000 frente a Hipólito Mejía del PRD, la pugna entre los dos herederos de Bosch se agudizó, culminando en la lapidaria frase de Danilo “Me venció el Estado”, tras ser derrotado por Leonel en la convención peledeísta de 2007.

Danilo se encamina a lograr un record de acumulación de poder gracias a la confluencia de varios factores aunados a la capacidad estratégica del ahora líder del PLD. Veamos

  • Un Estado poderosoEl descubrimiento de la mina del endeudamiento externo mediante la creación instantánea de dinero con bonos soberanos ha llevado el Estado a una cota de poder sin precedente sobre el conjunto de la sociedad. Pregúntenle a Diógenes Marino Gómez (Dimargo) lo que es desafiar un Presidente, aunque usted sea un empresario grande. No solo buscan los empresarios al Presidente para estar bien con él sino, más aun, para no estar en malas con él. Contratas, cargos públicos dependientes del Ejecutivo, todo está en la mano del Presidente. Mientras en EE. UU el Presidente nombra a 5,000 de 4 millones de empleados federales y no sabe nada de por lo menos 4,900 de ellos, aquí desde un embajador, director, general o ministro hasta el conserje del hospital del Cruce de Guayacanes lo decide el primer magistrado de la Nación. Un estado poderoso se traduce en un jefe de gobierno poderoso en lo personal, para nosotros, no en Francia, en Rusia ni en Tailandia, aquí en República Dominicana.
  • Ejercicio despótico del poder Según el diccionario de la Academia la primera acepción de la palabra despotismo es “Autoridad absoluta no limitada por las leyes”. Sea herencia del trujillismo o lo que sea, nuestra tradición es que el Presidente no le rinde cuentas a nadie. El 27 de febrero se reúne la mal llamada Asamblea Nacional y el Presidente, aunque nada lo obliga a ello, va y dice un discurso luego de entregar un supuesto informe de la gestión del Ejecutivo el año anterior. Para decirlo con una palabra más bonita: el Presidente ejerce un poder discrecional, que significa “…potestad gubernativa en las funciones de su competencia que no están regladas”. Yo tengo una experiencia personal sobre el informe anual del Presidente que relataré más abajo.
  • ¿Separación de poderes? ¡Ja! Merced a su control absoluto del Presupuesto del Estado, el Presidente controla de hecho áreas más allá del Ejecutivo, lo que convierte la separación de poderes en nuestro país en una fábula, una ilusión. El primero es la justicia, con su control del nombramiento de los fiscales y su participación decisiva en la escogencia de los jueces que integran las llamadas altas cortes. El Congreso ya lo definió uno de los mejores conocedores de su funcionamiento interno, Hatuey Decamps. “Son agentes libres”, dijo el veterano político para definir a los legisladores, respondiendo a quienes dudaban de que aprobarían equis cosa, hace algunos años.
  • Ausencia de control social.La sociedad civil, las iglesias, la prensa, figuras de respeto intelectuales, que inspiren respeto a los altos funcionarios en su ejercicio del poder, no existen o carecen de significación. Danilo da muchos pésames, lo cual es un gesto social bonito y propio de gobernantes de otras latitudes, pero no responde críticas, como hacen los presidentes en otros países; nunca ha dado una rueda de prensa. Ah, la prensa, oh, ¿Cuál prensa? Sociedad civil, ¿y aquí hay eso? Aparte del líder protestante Ezequiel Molina que cada 1º de enero congrega 50 mil personas en el Estadio Olímpico y suelta algunos latigazos, no hay religiosos contestatarios del poder. La Iglesia Popular se desvaneció hace años bajo la persecución implacable de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Sus remanentes, como Rogelio Cruz, Nino Ramos o Abraham Apolinario, solo son golondrinas solitarias. Los sindicatos y gremios desaparecieron de hecho, como lo muestra el abuso que hay con los salarios.
  • Ausencia de oposición real.No hay una oposición política significativa que sirva de contrapeso a las acciones del gobierno. No hay un Peña Gómez en sus mejores tiempos que amagara aunque no diera, una izquierda como la que puso a Balaguer en jaque en Los 12 Años. Lo que importa no es que Vargas Maldonado (PRD) y Quique (PRSC) y Amable Aristy (líder del partido Yo Amable) se unieran al Gobierno (¿alguna vez estuvieron separados?) sino que no hay oposición real ni se proyecta oposición real.

La popularidad del presidente Danilo Medina, sea resultado de lo que sea, es incontestable. Una vez su carruaje haya rebasado el pequeño “policía acostado” de que un segmento de la población digiera el trago amargo de la reelección, y si Abinader no termina de cuajar y Fidel Santana, Eduardo Estrella y Guillermo Moreno no dejan de roncar, cuando abramos los ojos veremos a Danilo Medina reelecto. Y con él a Leonel, a Margarita (probable, no seguro) a Pared Pérez, a Félix, a Temo, a Javier, a Domínguez Brito, a Fadul, a Vargas Maldonado, a Amable, a Luis el del Gallo, a Pedro Corporán, a César Medina, a Alejandrina, a Sonia Mateo, a Ligia Amada, a Roberto Rosario, a Milton Ray, a Mariano Germán, a Roberto Salcedo, a Valdez Albizu, a Yeni Berenice, a Cristina, a Wilton, a Rafael Calderón, a Amarante Baret.

Anécdota

Durante el primer año completo de don Antonio Guzmán en la presidenciayo era encargado de una división en Agricultura. Jerárquicamente tenía por encima un departamento, una subsecretaria y la secretaría. Escribí mi informe para el Plan Operativo. El 27 de febrero de 1979 estaba sentado escuchando el discurso del Presidente ante la Asamblea Nacional, cuando oigo que el Presidente lee un párrafo o algo así que yo había escrito. Pero eso era algo que yo había puesto para llenar requisitos, no creo que fuera algo relevante. Pues bien fue presentado por el mandatario como uno de los logros de Agricultura. Eso había ido saltando escalones, sin que nadie lo comprobara me imagino, hasta el augusto recinto de la Asamblea Nacional. Por cierto, francamente ni recuerdo lo que era, solo recuerdo mi sorpresa. ¡C… pero eso lo escribí yo! Digo… sorpresa y orgullo en aquel momento oyendo al Presidente leer mi pedacito de informe, ¿Por qué no? ¿Cuántas veces habrá sucedido?