La muerte de 11 niños en el Hospital Infantil Dr. Robert Reid Cabral en octubre de este año 2014, fue objeto de alarma en los medios de prensa, tanto nacional como internacional. Las noticias resaltaban las debilidades del centro hospitalario y, en general, del propio sistema de salud de la República Dominicana.

Hospital Dr. Robert Reid Cabral.

El Hospital Infantil Dr. Robert Reid Cabral fue fundado en el 1956, como uno de los primeros centros de salud especializado en atención infantil. Según su portal web su misión es “Promover la construcción de un sistema de Atención Médica Integral, centrada en el ser humano.”  Y la visión reza así: “Ser la primera institución de Atención Pediátrica en la República Dominicana, en el contexto de un sistema de salud en el que prevalezcan los criterios de equidad, solidaridad y acceso universal a los servicios.

¿Cuánto tiempo más falta para que prevalezcan los criterios de equidad, solidaridad y acceso universal a los servicios? ¿No es suficiente más de medio siglo para materializar una misión? Contemos: de 1956 a 2014 es igual a cincuenta y ocho años.

11 Niños pierden la vida  en un fin de semana.

Lo duro del hecho donde los 11 niños perdieron la vida, en aquel fatídico fin de semana, ocurre en un hospital que se visiona ofertando servicios donde “prevalezcan los criterios de equidad, solidaridad y acceso universal a los servicios”. Ese es el contexto institucional donde acontece el fallecimiento de los recién nacidos.

Como se estableció en la entrada de este artículo, la tragedia trascendió a los medios de prensa, filtrada por el propio personal del centro hospitalario. Rosa Elena Paulino, directora del Robert Reid, al ser consultada por los medios noticiosos, declaró que las razones de las muertes se debían a fallas respiratorias, infecciones graves, cardiopatía y traumas severos, entre otras enfermedades.

Pero el mismo personal del hospital corrió la información de que el deceso de los once niños se debió a una falla en el sistema de distribución de oxígeno y a la falta de personal en el momento del colapso. Esa revelación provocó la protesta de diferentes sectores  sociales y la exigencia de justicia por parte de los familiares y vecinos de los niños muertos.

Sin embargo, estos no son los únicos niños que fallecen en este hospital por deficiencias del servicio. Todos los fines de semana pierden su vida varios recién nacidos, entre otras razones, porque el personal es más reducido y el presupuesto que recibe dicho hospital no es suficiente para cubrir sus necesidades ni para contratar nuevo personal médico y de enfermería.

Las declaraciones anónimas del personal del Robert Reid también pedían la destitución de la directora y un aumento en el presupuesto mensual del centro y acusaron al propio Ministro de Salud Pública de descuidar el hospital. La prensa se hizo eco de esos detalles sacados a relucir desde el interior del hospital, evidenciando de esa manera la existencia de un conflicto entre la dirección del centro y su personal.

Mientras tanto, la reacción del gobierno no se hizo esperar. El Presidente Danilo Medina Sánchez, ¿prestando atención? a las constantes protestas reclamando solución al conflicto destituye el Ministro de Salud Pública y la directora del hospital, garantizando el regreso a la “normalidad”.

Se impone entonces las siguientes preguntas. ¿Es suficiente la destitución de un ministro para solucionar un problema de tal magnitud? ¿Garantizó la acción del Presidente Medina restablecer la normalidad o sólo logró aplacar la crisis del sistema de salud hasta que estalle una nueva crisis?

Todo parece indicar que el gobierno dominicano deberá iniciar con urgencia un proceso de reforma integral del sistema de prestación de servicios públicos en el país. Es decir, avocarse a establecer la prevalencia de “los criterios de equidad, solidaridad y acceso universal a los servicios” que el propio Hospital Infantil Dr. Robert Reid Cabral consigna en su Visión Institucional.