Cuando miro hacia mi jardín, veo allí amigos de todos los colores. No quiero decir con esto los ruiseñores y los cardenales rojos. Ni tampoco los lagartos verdes (anoles) y las lagartijas de muchos colores (escíndidos). Sí, me encanta el zumbido de la multitud de abejas, grandes y pequeñas, verdes, amarillas, negras y marrones. Pero, cuando veo mi jardín, también veo las caras de muchos de mis amigos que han contribuido con este. Mi jardín de plantas es un jardín de amigos.

Afuera, en el patio trasero, hacia el horizonte occidental tengo una sección que llamo el jardín de Claire. Mi amiga Claire es dueña del The Market Company, compañía que opera mercados verdes por todo el sur de la Florida. Algunas de mis primeras plantas para atraer mariposas en Ranchito vinieron de los mercados de Claire. Seleccioné algunas de las plantas más saludables con las flores más bellas, entre ellas la calliandra (calliandra haematocephala), que ahora proporciona sombra a nuestra terraza trasera.

Planta de “Hoja de Corrimiento”, con una de las mariposas amigas que visitan el patio de la casa de Ranchito

Las mejores selecciones que hice del Market Company, sin embargo, fueron un puñado de Flor de sangre, (Asclepias curassavica). Cuando vi por primera vez estas plantas, me di cuenta de que algunos gusanos se estaban comiendo las hojas. Mi reacción automática, como jardinera de mucho tiempo, fue la de arrancarlos de la hojas, tirarlos al suelo y pisarlos. Justo antes de que mi pie alcanzara el suelo, oí una voz que me gritaba; “¡Para, detente, a Claire no le va a gustar eso!”.

Evelyn, que trabaja en la oficina del mercado vino de prisa para rescatar los gusanos. De manera somera me informó que estas plantas son las favoritas de las mariposas Monarcas que son unas mariposas muy bellas de color anaranjado y negro que migran entre los Estados Unidos y Canadá en el verano y, hacia el sur, México y Baja California en México, en invierno. ¡Para mí fue una revelación!

En el primer año de estas plantas en el Ranchito, estas Flor de sangre fueron despojadas por los gusanos de sus hojas, hasta casi la completa desnudez. Fue difícil para mí convencer a mi esposo para que no las rociara con pesticida. Más tarde llegaron las hordas de mariposas. La estrategia que le permite a la planta sobrevivir estos ataques es lo prolífica que es, multiplicándose. Para la estación siguiente las ocho plantas originales habían alcanzado ya la cifra de 20 o 30 plantas. El viento impulsó las semillas de estas envueltas en un delicado tejido que se dispersó a través del primer huertecillo hacia las zonas adyacentes del jardín, el césped y más allá en el campo.

Me sentí un poco culpable porque esta resistente planta no es nativa y, tal como muchos otros jardineros, introduje una planta extraña en la zona. No obstante, ¿qué podía hacer? Las plantas han viajado durante siglos con los humanos. En la actualidad, estas encantadoras plantas, algunas de ellas de color rojo, otras más bien amarillas, llenan mi jardín en cada estación, excepto en invierno durante las heladas. Cada año ellas regresan cada vez más robustas para provecho de las mariposas Monarcas.

Otros dos amigos, Roberto y Fred, quienes son horticultores y viven en el condado aledaño, Hendry, nos han dado muchas diferentes plantas, algunas nativas y otras no. Muy alto, por encima de nuestra terraza trasera hay un árbol elegante, el Guanacaste o árbol de la oreja de elefante, (Enterolobium cyclocarpum), muy parecido en su conjunto al flamboyán, Royal Poinciana. Este árbol de crecimiento rápido es nativo del trópico americano, que incluye Honduras, de donde nuestro amigo Roberto es oriundo. Actualmente proporciona sombra sobre nuestra terraza trasera.

El Guanacaste
Flor de sangre, con su mariposa

Las flores del Guanacaste son pequeñas, blancas, mullidas, con una poderosa fragancia. Las frutas son anchas, brillosas, de un marrón oscuro en una vaina con forma de espiral. En ocasiones estas frutas se hierven para comerlas, otras veces se las usa para confeccionar piezas de joyería. Las vainas no se las comen los animales; sin embargo, algunos estudiosos sugieren que estas formaron parte de la dieta de la mega fauna en el Pleistoceno, que desapareció hace alrededor de 10 000 años.

Debajo del Guanacaste hay varias delicadas variedades de salvia (del género Salvia de la familia menta), de diversos colores, blancas, rosadas y rojas, que también nos regalaron Fred y Roberto. Me gustan las (yerbas) salvias porque muchas de ellas se usan para condimentar, para hacer tés, otras son medicinales; además, Sage (inglés para salvia) es el nombre de mi hija.

Hierbas, flores, mariposas y árboles de sombra, son solo algunos de los regalos que nos han dado nuestros amigos. Cada vez que es posible, paso estos regalos a otros amigos para ayudarlos a cultivar sus jardines de amigos. Hoy le llevé una planta de “hoja de corrimiento” (stachyparpheta jamaicensis)  a una amiga que está pasando por un divorcio, para iluminar su día con algunas hermosas mariposas.