“-Ma’ la maestra de Artística dijo que el viernes teníamos que llevar una maqueta sobre Los Taínos. Mira aquí la lista de materiales que hay que comprar. Ahh! Y dijo que tenía que ser a relieve. ¿Ma’ y tú sabes qué quiso decir con eso, de “a relieve”?

-Bueeeno, hija, le preguntaré a tu padre, pero no te ocupes que yo averiguo y te lo hago”.

Esta escena puede darse en cualquier casa dominicana. Bien le decía a mis alumnos del Diplomado para maestros de Educación Artística: -“No todos sus alumnos pueden ser creadores pero sí todos deben tener los elementos básicos para la apreciación artística. A los que despunten como artista, vincúlenlos al Sistema de Formación Artística Especializada-Ministerio de Cultura que agrupa a todas las gratuitas escuelas y academias nacionales y provinciales de arte aunque la capacidad en provincias es muy limitada; y las Escuelas Nacionales carecen de residencias estudiantiles para atender a niños fuera de la Capital, por lo que se nos pierden los talentos si no tenemos buenos maestros de Educación Artística en el sistema educativo general.

El Diplomado para los maestros designados a impartir Educación Artística debiera convertirse en una Maestría. Ya  lo dijo el Ministro Baret, la capacitación de nuestros maestros es prioritaria. Maestro capacitado= alumno convertido en un buen apreciador del arte, en mejor ser humano. Y es que la experiencia estética, el encuentro de los niños con las obras artísticas, estimula  positivamente el desarrollo emocional, cognitivo, personal y social de los niños y las niñas. Impulsa, de una manera acelerada, las capacidades de expresión creativa y el desarrollo del gusto estético.

Si llenáramos las sesiones vespertinas, en nuestras escuelas de Tanda Extendida, con brigadas de instructores de música, teatro, danza, artes plásticas y de literatura y lectura, nuestros niños y jóvenes fueran mucho más proactivos, creativos, solidarios, comprometidos.

Para educar en la apreciación de las artes, debe fomentare un pensamiento racional y crítico; el educador debe ofrecer los elementos técnicos-artísticos de la manifestación de que se trate, y aprovechar los referentes  estéticos de los alumnos. El educador no debe imponer su gusto artístico y/o estético. Debe estimular la imaginación y creatividad y el ejercicio del criterio. Debe dejar fluir las ideas libremente, corrigiendo vulgaridades,  obscenidades, sobre todo, en obras que recrean desnudos, bien recuerdo la anécdota de aquella ignorante, ante el David de Miguel Ángel que gritó “qué chiquito lo tiene”. Fomentar una actitud ética ante una obra de arte, enseñar cómo se recorre una galería/observa una pintura, se escucha un concierto o se disfruta una obra de teatro, es tarea esencial de un maestro de Educación Artística. También, debe evitar que se digan frases o expresiones despectivas o burlonas, o acciones que dañen la obra; no debe contaminar el proceso de apreciación con patrones o prejuicios personales ni ideológicos, ni religiosos, ni sexuales, ni políticos, ni de ninguna naturaleza extra-artísticas –porque el autor de la obra sea homosexual, o del Partido contrario, o de religión distinta a la del profesor, este nunca debe emitir ningún gesto ni palabra que devalúe la obra. Los maestros de Educación Artística deben vincular la impartición de la asignatura con el acontecer artístico local, con las instituciones y eventos difusores de las artes. Realizar conversatorios  con artistas, galeristas, directores de escuelas de pintura – privadas o públicas-, especialistas de arte. Si en Español se orienta leer una obra y hacer encuentros con el autor, en Educación Artística se deben hacer  exposiciones de los artistas de la provincia y propiciar conversatorios con el artista. El maestro de Educación Artística es un creador de sensibilidades y conocimientos artísticos, promotor constante del arte y la cultura dominicana a escala de su escuela, en aras de convertirla en Centro Cultural de la Comunidad.

“Aunque la educación artística forma parte, con más o menos fortuna, de la mayoría de los currículos iberoamericanos, la calidad de la enseñanza que recibe el alumnado sigue sin estar garantizada. Esto se debe, en mi opinión, al menos a dos razones: por una parte, a que los responsables políticos y la sociedad, en su conjunto, siguen creyendo que la competencia cultural y artística no es realmente una competencia básica, en igualdad de condiciones con otras con más "tradición"; por la otra, a que esta convicción ha llevado, durante mucho tiempo, a descuidar la formación inicial y permanente del profesorado de artística.

Asegurar la presencia de la educación artística en todos los sistemas educativos y propiciar espacios para la formación artística en el ámbito de la educación formal, así como comprometerse con la formación del profesorado deberían ser dos factores a tener muy en cuenta en las metas educativas 2021. http://www.oei.es/metas2021/expertos19.htm