La Patria necesita de sus mejores talentos jóvenes para echar un pleito largo y tendido que tenemos por delante.

Debemos reclutar activamente lo mejor de nuestra juventud para participar en la batalla que libramos desde el surgimiento de la dominicanidad, y que se arrecia en la actualidad. Por la urgencia de producir victorias decisivas que nos pongan en la ruta del círculo virtuoso de mejoras continuas, es imprescindible una intensiva campaña de reclutamiento de jóvenes talentosos para formarse como maestros.

No podemos seguir aceptando a regañadientes cualquier candidato en nuestros institutos pedagógicos y facultades universitarias  de educación. Pero en su mayoría esos son los que se presentan, los que tienen una formación básica deficiente, sobre todo en lo académico. Los que no pueden optar por las ingenierías y no pueden dedicarse a tiempo completo a los estudios, y hacen cursos sabatinos que jamás podrán compensar las lagunas de conocimiento que arrastran desde antes de entrar en la escuela.

Necesitamos reclutar a jóvenes talentosos que en las últimas cuatro o cinco décadas jamás hubiesen considerado el magisterio como una carrera para toda la vida. Motivarlos a querer ser parte de la única revolución que podría producir un verdadero cambio en el pueblo dominicano y hacer viable la nación a largo plazo.

Para el reclutamiento de jóvenes talentosos debemos ser proactivos, no esperarlos sentados en las puertas de los institutos y facultades de pedagogía, pues tardaremos varias generaciones en llegar. Tenemos que ir a buscarlos donde están, en los colegios y liceos, y no a última hora cuando ya se han inclinado a una carrera a veces por inercia. Al mismo tiempo tenemos que invertir en una abarcadora campaña de mercadeo social para explicar los cambios que se han convenido en el Pacto, e informar frecuentemente sobre el progreso y cumplimiento del mismo. Hacer saber que la Patria necesita de esos jóvenes en esta importante misión, y que se están creando las condiciones para que los maestros tengan una vida digna y reciban el respeto y agradecimiento que se merecen.

La tanda extendida es importante, sobre todo si se expande gradualmente con un criterio de focalización en las comunidades que más lo necesitan. Pero considero aún más importante hacer posible que los jóvenes talentosos que reclutemos a partir de hoy para formarse como maestros, estén en un régimen de tiempo completo. Para lograrlo, es muy posible que sea necesario canalizar recursos a estos jóvenes para su manutención, pues de lo contrario en muchos casos no podrán dedicarse exclusivamente a los estudios, y no es posible lograr una  formación de excelencia si no se dedican a estudiar a tiempo completo. Así eran las escuelas normales hace años, cuando incluso muchas eran en régimen de  internados.

La tarea por delante, de reclutar un verdadero ejercito de jóvenes talentosos para formarse como los nuevos maestros que necesita la Patria, no es fácil pero es urgente  y un sine qua non para lograr una educación de calidad para todos los dominicanos en un plazo prudente.