Los contratos de concesión del oro de Pueblo Viejo han tenido mucho en común: (1) todos han beneficiado a los explotadores y han sido destructivos del medio ambiente y/o de los trabajadores; desde los inicios de la colonia hasta el presente y (2) ningún gobierno ha hecho nada para usar los beneficios generados para impulsar el desarrollo o mejorar la calidad de vida del pueblo.

El más leonino fue el primer contrato.  Éste no solamente otorgó el oro, pero también todo el terreno de la isla, todos sus pueblos, pertenencias, playas, y toda la población nativa para que trabajara gratis para los explotadores y permitir que fueran asesinados si se negaban a pagar y hacer lo que los contratistas imponían.  En este contrato los Caciques no participaron.   Los contratistas, fueron Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, y el donante el sumo pontífice de la Iglesia Católica Romana Alejandro XVI.  Por esta concesión el Papa puso una sola condición a la Corona Española:  enviar expertos sacerdotes a evangelizar a los nativos.

Alejandro XVI nació en Játiva, Corona de Aragón (1431-1503), como Rodrigo Borjas  (Borgia en italiano) político con sotana sobrino del papa Calixto III, (Alfonso Borgia) renacentista y amante del arte clásico, sin ningún gusto por las pirámides y ciudades amerindias, pero amante del dinero y del poder que disfrutaba a través de sus mediaciones entre los reinos cristianos europeos.

Es así como el primer contrato de concesión del oro de Pueblo Viejo fue elaborado el 4 de mayo de 1493, después del primer viaje de Cristóbal Colón, deslumbrado por la belleza de la Isla, sus fértiles valles, y el oro que adornaba a sus pobladores.  Los Reyes Católicos no iniciaron los preparativos del segundo viaje colombino sin antes “amarrar la chiva” con el Pontífice de Roma.  Los Reyes no estaban seguros si las tierras descubiertas por Colón les pertenecían a España o a Portugal, ya que era el papa quien distribuía concesiones entre los reyes cristianos de Europa, que con excepción de los Ingleses, eran todos católicos –Martin Lutero todavía no había protestado por la venta de indulgencias.   Estas últimas eran una especie de cheques a nombre de San Pedro que los cristianos compraban, sobre todo los más ricos, para lograr que San Pedro les descontara días de tortura en el purgatorio en proporción a la cantidad de dinero recibida.

Los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, lograron un contrato a perpetuidad, no solamente para ellos, sino para sus descendientes.   El 4 de mayo de 1493, el Pontífice Alejandro VI dictó la Primera Bula Inter Caetera que sirvió por siglos como base jurídica del dominio español sobre las tierras descubiertas por Colón en 1492 y por los conquistadores que le siguieron.  El Papa Romano asumió la “plenitud de la autoridad apostólica” para donar todos los territorios que los Españoles “descubrieran”.

Esta bula fue sin duda la madre de todos los contratos: los pobladores iban a ser saqueados y esclavizados por la Alianza del Imperio Español y la Iglesia Católica Romana, y además los iban a atormentar prohibiéndoles su religión, sus celebraciones, y quemando las imágenes  de sus dioses.   A continuación, cito un extracto del Contrato legal entre el Sumo Pontífice y los Reyes Católicos de España:

haciendo uso de la plenitud de la potestad apostólica y con la autoridad de Dios omnipotente que detentamos en la tierra y que fue concedida al bienaventurado Pedro y como Vicario de Jesucristo, a tenor de las presentes, os donamos concedemos y asignamos perpetuamente, a vosotros y a vuestros herederos y sucesores en los reinos de Castilla y León, todas y cada una de las islas y tierras predichas y desconocidas que hasta el momento han sido halladas por vuestros enviados y las que se encontrasen en el futuro y que en la actualidad no se encuentren bajo el dominio de ningún otro señor cristiano, junto con todos sus dominios, ciudades, fortalezas, lugares y villas, con todos sus derechos, jurisdicciones correspondientes y con todas sus pertenencias; y a vosotros y a vuestros herederos y sucesores os investimos con ellas y os hacemos, constituimos y deputamos señores de las mismas con plena, libre y omnímoda potestad, autoridad y jurisdicción. Declarando que por esta donación, concesión, asignación e investidura nuestra no debe considerarse extinguido o quitado de ningún modo ningún derecho adquirido por algún príncipe cristiano…

Y bajo pena de excomunión latae sententiae en la que incurrirá automáticamente quien atentare lo contrario, prohibimos severamente a toda persona de cualquier dignidad, estado, grado, clase o condición, que vaya a esas islas y tierras después que fueran encontradas y recibidas por vuestros embajadores o enviados con el fin de buscar mercaderías o con cualquier otra causa, sin especial licencia vuestra o de vuestros herederos y sucesore

Y además os mandamos en virtud de santa obediencia que haciendo todas las debidas diligencias del caso, destinéis a dichas tierras e islas varones probos y temerosos de Dios, peritos y expertos para instruir en la fe católica e imbuir en las buenas costumbres a sus pobladores y habitantes, lo cual nos auguramos y no dudamos que haréis, a causa de vuestra máxima devoción y de vuestra regia magnanimidad..

El papa justifica el despojo de pueblos no-cristianos de sus tierras y posesiones, “haciendo uso de la plenitud de la potestad apostólica y con la autoridad de Dios omnipotente que detentamos en la tierra y que fue concedida al bienaventurado Pedro y como Vicario de Jesucristo”.

Nuestros indígenas opusieron resistencia.  Mataron a los españoles que Colón dejó en el primer viaje, “cansados de tantos abusos”, y en el segundo viaje Caonabo estuvo organizando los cinco cacicazgos para sacar a los Conquistadores de la Isla, pero fue advertido por uno de ellos, y con engaños, encadenaron y mataron a Caonabo.  El primer genocidio en América se inició en terreno Quisqueyano, legalmente establecido y divinamente mandado enviado por la Santa Madre Iglesia Católica Romana, autodenominada, sociedad perfecta.

Pero, ¿acaso si te queman tus iglesias, te quitan tu idioma y queman tus postales, rosarios, y los instrumentos de decir la misa, mientras te obligan a adorar al dios de los invasores, no te están robando tu espíritu, tu libertad y tu derecho a seguir tu conciencia?¿acaso la invasión religiosa no es la más deshumanizante y más cruel que el hombre haya podido inventar?  ¿por qué en los libros de texto se ensalza al dominico Bartolomé de las Casas por lograr que la Corte Española aceptara que los Amerindios también tenían alma, mientras él fue responsable de introducir por primera vez esclavos de África en la Española y luego a todo el continente?  ¿por qué no se enseña que él fue esclavista y solo en su vejez abandonó esta práctica? ¿Por qué en la isla del genocidio Taino se celebra la victoria de la cruz en el cielo con un monumento al invasor y genocida? ¿es que no nos preocupa la educación e identidad de nuestros jóvenes?  ¿acaso somos españoles?  ¿acaso los españoles del presente no lucharon contra el nazismo, y el nacionalcatolicismo?