Los modelos de comunicación y gestión en las organizaciones vienen sufriendo cambios significativos, que han hecho cada vez más exigente la necesidad de contar con una adecuada asesoría profesional en esta materia.
Hoy asistimos a una insoslayable realidad comunicacional en la cual el barraje de información al que tenemos acceso en todo momento a dado origen a lo que ahora se denomina "La "Economía de la Atención".
Los estudiosos del fenómeno afirman que ante la abundancia de información y la gran accesibilidad a la misma la atención humana se ha convertido en un bien tan escaso como valioso.
En consecuencia estos tiempos exigen a la empresa contar con profesionales de la comunicación con la capacidad y la actualización necesarias para no solo informar sino también captar la atención del público de su interés.
El tema, aunque no abordado con el termino especifico de 'Economía de la Atención' fue tratado por primera vez por Herbert Alexander Simon, premio Nobel en Economía 1978 en un trabajo publicado en 1971.
Simon en la oportunidad afirmó que "en un mundo rico en información, la riqueza de información significa la carencia de otra cosa: la escasez de aquello que la información consume. Lo que consume la información es bastante obvio: consume la atención de sus destinatarios".
Este estudio de Simon adquiere nueva dimensión con un artículo escrito por Michael H. Golhaber en 1997 bajo el título de 'La Economía de la atención y la red", señalando que en la era de Internet, con los procesos de comunicación digitalizados, se ha producido un crecimiento exponencial del número de datos que deben ser conocidos, comprendidos, analizados e incluso monitoreados. Hasta tal punto se ha llegado que ya no tenemos tiempo suficiente para semejante cantidad de datos, y por eso la atención ha pasado a ser un bien escaso y muy preciado.
Más adelante en el 2001, Thomas H. Davenport y J. C. Beck ampliaron el concepto afirmando que la atención consiste en focalizar en nuestro cerebro un determinado punto de información. Las informaciones entran en nuestra mente, nos centramos en ellas una a una y decidimos si debemos actuar dándoles más atención o no.
Por ello, dado que cada día afectan a la empresa un gran número de informaciones la cantidad y la calidad de la atención que decidamos prestar a cada dato puede determinar el éxito o el fracaso de la organización.
Evidentemente nos encontramos frente a una inexorable revolución en cuanto al manejo actual de la comunicación empresarial, cuya eficiencia en la capacidad para captar la atención del público será determinante para su existencia futura.