Hoy estamos a 14 días de finalización del 2013, año que conmemora el bicentenario del natalicio del Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte. El presidente Danilo Medina juramentó en noviembre del 2012 la comisión que se encargaría de su celebración.  La misma fue conformada en junio del 2012 mediante el decreto 285-12 del Poder Ejecutivo presidido Por Leonel Fernández, responsable de empoderar al cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez como Presidente de honor de la comisión.[1]

La designación del Cardenal no fue fortuita.  El PLD está interesado en mantener el status quo de estado clerical que niega derechos constitucionales a la población y asume el catolicismo como fundamental para la identidad dominicana.  Pretende además continuar con la distorsión de la historia para violar la verdad y bloquear la formación de una conciencia crítica en la población pobre que envía sus hijos a escuelas públicas. El Pacto Nacional para la Educación también está dirigido por el Jerarca católico que más incide en las políticas públicas del país, Monseñor Agripino Núñez Collado.

Sin la Carta Pastoral del 24 de julio de 1844 que excomulga a Duarte y sus seguidores por oponerse al proyecto anexionista de Pedro Santana, es imposible entender el exilio, el repudio de la población, y la persecución de que fuera objeto Juan Pablo Duarte. La Pastoral fue la llave que le abrió la puerta a Pedro Santana para perseguirlo y declararlo Traidor a la Patria. Irónicamente, hoy son los grupos que no cuestionan el capitalismo neoliberal y antipatriótico vigente para manipular los ideales de Duarte y declarar traidores a la patria a los que defendemos los derechos humanos de la población dominicana.

El 24 de octubre del 2013 el Instituto de Historia de la Facultad de Humanidades de la UASD, puso en circulación la edición No. 12 de la Revista ECOS, dedicada a celebrar el bicentenario del natalicio de Juan Pablo Duarte. Incluye cinco artículos sobre la Independencia de 1844, entre ellos el artículo de mi autoría titulado Excomunión del Padre de la Patria Juan Pablo Duarte y sus consecuencias (pp. 39-96). El anexo presenta el texto original de la Carta Pastoral.[2]

En el artículo  intento presentar como el poder medular de la Iglesia Romana y su influencia sociopolítica en la nación dominicana radica en el sometimiento de la subjetividad individual a un plano sobrenatural que ella asume controlar, para desde allí, dominar el plano público y político, instrumentalizando los poderes del estado para cumplir sus fines. En el plano subjetivo amedrentó en julio de 1844 a una población que vivía de espalda a la Revolución del Conocimiento que se gestaba en el continente europeo y en el norte del americano. Una Revolución que cambió la forma de entender el mundo y que Juan Pablo Duarte comprendió, por su disciplina autodidacta y las ideas revolucionarias que lo nutrieron

Es significativo que el órgano del Instituto de Historia de la UASD publicara un artículo que contradice la posición del historiador Juan Daniel Balcácer, Presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias y único miembro de la Comisión formada para celebrar el bicentenario del natalicio de Duarte, que negara la excomunión de Duarte. El silencio de los demás historiadores que conforman la Comisión, así como de los miembros del Instituto Duartiano, los hace cómplices.  Pero a la vez es un indicador de que no son capaces de negar un hecho validado por un documento con puño y letra del legítimo representante de la Iglesia Católica Romana en la República de entonces.

Adicionalmente, encuentro positivo  que el Sr. Balcácer dejara constancia escrita de su posición en el libro titulado, Duarte, Nunca fue excomulgado.[3] Sus falsos supuestos son fáciles de refutar.

En mi artículo incluyo el texto de la Primera Bula Inter Caetera, publicada en mayo de 1493.  Esta bula sirvió por siglos como base jurídica del dominio español sobre las tierras descubiertas por Colón en 1492 y por las tierras que sus conquistadores dominarían en el futuro. En ella, el Papa Alejandro VI protege el monopolio comercial de la Corona Española por excomunión automática de los violadores, sin necesidad de mencionar nombres como argumenta Balcácer:

…Y bajo pena de excomunión latae sententiae en la que incurrirá automáticamente quien atentare lo contrario, prohibimos severamente a toda persona de cualquier dignidad, estado, grado, clase o condición, que vaya a esas islas y tierras después que fueran encontradas y recibidas por vuestros embajadores o enviados con el fin de buscar mercaderías o con cualquier otra causa, sin especial licencia vuestra o de vuestros herederos y sucesores…”

En la introducción al volumen No. 12 de la Revista ECOS, el artículo es presentado por los editores de la Revista:

 

“El título del mismo es Excomunión del Padre de la Patria Juan Pablo Duarte y sus consecuencias. Este es, sin dudas un análisis enjundioso de la carta pastoral del Arzobispo Portes e Infante, en la que decretaba la excomunión mayor a Duarte y a todos los que desobedecieran el gobierno conservador de Pedro Santana.  La autora analiza con gran rigor científico, la relación Iglesia-Estado definida por la cristiandad desde el período colonial.  Además, muestra con gran destreza cómo aún hoy subyace el poder de la iglesia en el Estado y en la cultura.  El artículo permite comprender, en base al análisis de las fuentes documentales, el rol de la iglesia como factor de poder e influencia sociopolítica en la sociedad dominicana de hoy.  Al mismo tiempo llama la atención sobre el peligro que representa para la democracia la vigencia del concordato de 1954, el cual permite colocar a la Iglesia por encima de la Ley”.

 

Los interesados pueden obtener una copia del volumen No. 12 de ECOS en el Instituto de Historia que está ubicado en la 3ra. Planta de la Facultad de Humanidades de la UASD.  Deben presentarse para firmar con su cédula y recibir la revista gratuitamente.


[1] La comisión está conformada por el cardenal Nicolás De Jesús López Rodríguez, Presidente de Honor; José Ramón Peralta, Ministro Administrativo de la Presidencia; Josefina Pimentel, Ministra de Educación;  José Antonio Rodríguez, Ministro de Cultura; Contraalmirante Sigfrido Pared Pérez, Ministro de las Fuerzas Armadas, Juan Daniel Balcácer, Presidente de la Comisión Permanente de Efemérides Patrias; José Joaquín Pérez Saviñón, Presidente del Instituto Duartiano;  Frank Moya Pons, Presidente de la Academia Dominicana de la Historia; Roberto Cassá, Director del Archivo General de la Nación, y Milcíades Mejía, Presidente de la Academia de Ciencias de la República Dominicana.

 

[2] Entre otros temas, la Revista incluye otro cuatro artículos sobre la Independencia de 1844: La Trinitaria ¿existió?, por José Guerrero; La filosofía política y Jurídica de Juan Pablo Duarte, por Juan de la Cruz; e Historia, mujer e independencia, por Reina C. Rosario Fernández.