Al decir del derrocado Presidente Lugo, en Paraguay ha ocurrido “un golpe parlamentario”. El pasado viernes 22 de junio, cuando aun le faltaban 10 meses del periodo gubernamental para el cual fuera electo en 2008, una amplia mayoría parlamentaria conformada por el partido colorado y el partido blanco, acordó su destitución, después de un supuesto juicio político, y designó como sucesor al Vicepresidente Federico Franco.Este sainete apenas requirió poco más de 24 horas.
“Aquí no se ha destituido a Lugo, sino a la democracia”, ha dicho el derrocado gobernante, y llamó a la resistencia pacífica. El Presidente Correa de Ecuador ha recordado que “legalidad no significa legitimidad”. Varios Presidentes latinoamericanos, incluido Leonel Fernández, se han pronunciado en condena y demandando el aislamiento internacional del gobierno emergente.
Cuando se habla de Paraguay, numerosos recuerdos revolotean como fantasmas, dependiendo de las experiencias de cada quien. Entre nosotros no faltará quien identifique a su más conocido escritor, Augusto Roa Bastos, y su obra Yo, El Supremo, como clásicos de la literatura latinoamericana del siglo XX.
Algunos asociarán este país con el pueblo Guaraní, mayoritario con mucho, al punto que su lengua es la oficial del país. Otros lo asociarán con las 30 Misiones Jesuitas (Reducciones), que durante unos 160 años ( 1609 – 1767) se convirtieron en una especie de paraíso socialista comunitario, en plena selva tropical, a ambos lados del rio Paraná, en territorios que hoy forman parte de Paraguay, Brasil, Uruguay y Argentina, mas arriba de las cataratas de Iguazú.
Muchos conocieron esta experiencia, por la laureada película de RolandJoffe (1986) protagonizada por Robert De Niro, pero las Misiones o Reducciones, que llegaron a incorporar mas de 21,000 familias guaraníes, y a tener tanta prosperidad que para 1767, cuando los Jesuitas fueron expulsados por decisión del Rey Carlos III, se inventarió mas de 725,000 cabezas de ganado vacuno y mas de 230,000 ovejas,entre muchas otras riquezas de propiedad comunal, ha sido objeto de estudio y admiración por numerosos grandes intelectuales, incluyendo a Voltaire, quien las consideraba como un “triunfo de la humanidad, que expiaban las crueldades de los primeros conquistadores”.
Es probable que muchos asocien Paraguay con la presa de Itaipú, en su momento la mas grande hidroeléctrica del mundo, hoy solo superada por Las Tres Gargantas en China.
Algunos tal vez recordarán que en el siglo XIX confrontó una terrible guerra contra Brasil, Argentina y Uruguay (La Triple Alianza), que para entonces sumaban unas 21 veces la población paraguaya, perdiendo en duras derrotas casi la mitad de su población y parte importante de su territorio.
Otras personas recordarán que entre 1954 y 1989 fue tiránicamente gobernado por Alfredo Stroessner, simpatizante del nazismo, y hospedero entusiasta de Anastasio Somosa, exdictador nicaragüense y de Menguele, cuando huyó al terminar la segunda guerra mundial, líder entonces del Partido Colorado (Alianza Nacional Republicana), organización conservadora fundada en 1887, que dominó el país como partido único legalizado hasta el 2008.
Es posible que algunos recordemos el conocido como Heroico Marzo Paraguayo, cuando en 1999, una insurrección popular, a raíz del asesinato del Vicepresidente Argaña, propiciado por el Stronismo liderado por Lino Oviedo, desafió al régimen, rodeó el Congreso y demandó la renuncia del Presidente Cubas y del Parlamento. Resistió por varios días la más dura represión policial y militar, hasta que bandas paramilitares armadas y dirigidas por Oviedo, produjeron una de las mayores masacres de civiles de la historia contemporánea latinoamericana.
Muchos, sin embargo, podrán recordar que después de mas de 60 años consecutivos de control absoluto por el Partido Colorado, incluyendo diversos periodos de feroces dictaduras militares, un Obispo Católico, respaldó y se sumó amovilizaciones campesina que demandaban tierras, y en 2006 llegó a la ciudad capital acompañando unos 30,000 pobres rurales, logrando un compromiso gubernamental, que constituyó una gran victoria política popular.
Este Obispo, Fernando Lugo, posteriormentelicenciado de sus vínculos eclesiásticos, asumió la tarea política de conformar un frente electoral que logróromper la virtual alianza histórica entre el Partido Colorado y el Partido Blanco (al cual se le toleraba algunas actividades políticas) y, superando todas las manipulaciones tradicionales del sistema electoral, fue declarado vencedor, con mas de un 40% de los votos. El partido Colorado, sin embargo, conservó mayoría parlamentaria.
El Presidente Lugo, electo en 2008, tuvo como Vicepresidente a Federico Franco, principal dirigente del Partido Blanco (Liberal), vinculado, al igual que muchos dirigentes colorados, con quienes hicieron y hacen grandes negociados relacionados con la construcción y operación de la hidroeléctrica Itaipú, otros grandes proyectos de infraestructura desarrollados con inversiones internacionales, y el comercio internacional de dudosa legalidad, así como con los grandes terratenientes surgidos al calor de la dictadura de Stroessner y gobiernos colorados sucesivos, de la expropiación de los indígenas y campesinos empobrecidos.
La desigual correlación de fuerzas, dentro del Gobierno y en el Parlamento, desfavorable al Presidente, se tradujo en trabas y manipulaciones que prácticamente le impidieron llevar a cabo la más sentida reivindicación de sus seguidores: redistribución de tierras mal habidas para restaurar la propiedad tradicional de los pobladores indígenas y campesinos. Estas limitaciones debilitaron el firme y combativo respaldo inicial de los movimientos sociales.
Los tímidos resultados en la reforma agraria y en algunos otros aspectos sociales como salud y educación, han sido sin embargo algunos de los más importantes logros sociales del país en mucho tiempo.
Muchas y frecuentes emboscadas políticas y maniobras desde el Congreso e incluso dentro del Gobierno, aprovecharon asuntos de carácter personal y sacaron provecho de la debilidad organizativa y limita unidad del respaldo popular gubernamental. Lugo gobernó asediado permanentemente, con muy limitado margen de decisiones y de poder real, tensionado entre las necesidades y expectativas de la población empobrecida y socialmente excluida, las limitaciones derivadas de unas fuerzas policiales y militares tradicionalmente represivas, muy politizadas y con poca institucionalidad, y los impedimentos del cerco político para adoptar decisiones e intervenciones efectivas.
El partido colorado, con sus tres fracciones de dirigentes compitiendo por lograr la candidatura presidencial para las próximas elecciones (constitucionalmente fijadas para el 2013), entre ellas el propio Lino Oviedo, acentuó progresivamente las presiones, cada uno de ellos buscando colocarse en posición electoral ventajosa.
El partido blanco que ha sentido la necesidad de diferenciarse del Gobierno, igualmente con un interés de estrategia electoral, ha terminado por formar parte del golpe parlamentario, seguramente presionado por sus tradicionales soportes terratenientes y empresarios.
El incidente que ha servido de detonante fue la ocupación, hace pocos días, de una finca, “propiedad” de un senador colorado, hecho que derivó en una dura represión policial con un saldo (según noticias) de unas 17 muertes. Los Diputados acordaron demandar al Senado el juicio político del Presidente, por supuesta incapacidad, conformándose el golpe de Estado parlamentario, tal como sucediera en Honduras al derrocar al Presidente Zelaya.