En el transcurso de la Semana Santa del pasado año 2012 tuvimos oportunidad de hacer unas reflexiones acerca de nuestra decepcionante visita a la cinco veces centenaria Zona Colonial y a su emblemática Calle del Conde, así como observar las deprimentes condiciones en que lamentablemente se sigue desenvolviendo ese entorno citadino en la actualidad.
Afirmamos en aquella ocasión que el estado en que se encuentran estos dos iconos de la ciudad es merecedor de una nueva visión y la aplicación de estrategias innovadoras que lo saquen del letargo en que vegetan como resultado de la aplicación de planes y estrategias probadamente ineficientes.
Han sido múltiples y variados los esfuerzos hechos de manera recurrente en procura de devolver a la zona sus condiciones arquitectónicas originales como una forma de preservas los atributos, los valores y los beneficios que estas representan en el entramado de ventajas competitivas existentes en el mercado turístico internacional de este tiempo.
Ahora el Ministerio de Turismo acaba de anunciar el inicio de los trabajos de remozamiento con obras en las calles Arzobispo Merino e Isabel La Católica con una inversión de 30 millones de dólares aportados como préstamo por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los cuales serán insuficientes para la materialización del proyecto, como admitió Maribel Villalona la funcionaria que hizo el anuncio.
Ante esta sincera confesión, reiteramos que es oportuno llevar a cabo planes y proyectos enmarcados dentro del concepto de “resist the usual” (resistirse a lo usual) como aprendí en mis años al servicio de la Publicitaria Young & Rubicam Damaris. Este concepto conduce a la adopción de estrategias innovadoras alejadas de las acciones rutinarias y probadamente ineficientes.
En esa línea de pensamiento y frente a las evidentes limitaciones económicas para la consecución del proyecto en su dimensión integral, nuestra propuesta se orienta a la creación de un Patronato conformado por un “pool” de empresas e instituciones y sus Fundaciones de reconocida solvencia ética y moral, a las cuales asignar la tarea de proponer un plan complementario de restauración de ambos espacios y su puesta en operación, con una visión mercadológica de su manejo, como elemento esencial de la estrategia Marca País.
Esta misión como es natural requeriría el apoyo gubernamental, así como el financiamiento de la banca nacional a la cual se le redituaría su aporte inicial, con parte del éxito económico que en materia turística habrá de concitar esta innovadora propuesta la cual se utilizaría como tema de atracción turística en la proyección de ese entorno a escala global.
Con esta medida se lograría una importante labor de inclusión de todos los sectores y de ese modo recabar los recursos necesarios para adecuar el entorno a los estándares de un turismo cada vez más exigente y a la adopción de un enfoque mercadológico eficiente, que conduzca a la obtención de resultados convenientes para el país y para todos los actores involucrados en el esfuerzo.