Nota: Normalmente, no acostumbro a utilizar este foro para hablar sobre temas “personales”, pero hoy -20 de mayo- amerita hacerlo.
Agosto del 2006 fue la primera vez que vine a la República Dominicana.
Aún recuerdo esos días como si hubieran sido ayer.
Llegue tarde por la noche y, mi novia -hoy esposa- fue por mi al aeropuerto.
Al día siguiente, el plan era irnos a La Romana pero no sin antes pasar a casa de mi novia -y sus padres- para recoger todo lo que necesitaría para dos días en La Romana.
Al estar esperando a que mi novia se alistara para irnos, tuve el honor de conocer a Doña Minerva (mi suegra) que, por demás estar decir, es una mujer MUY pequeña -de estatura- pero MUY grande en personalidad… Un encanto de mujer.
A los pocos minutos y justo antes de irnos, me novia me dice “ven, me quiero despedir de Papi y te lo quiero presentar”.
Entramos a lo que es la sala de su casa donde se encontraba sentado un señor que -a simple vista- parecía indefenso y algo serio.
De inmediato tomó su bastón, se levantó y me dijo “Raúl, un placer en conocerte”.
Conocer a un suegro por primera vez siempre es raro (por no decir incómodo) pero este señor logró transmitirme mucha paz; Quizás fue su mirada, la forma en como me estrechó la mano o la forma en como me tomo del brazo.
Dicho encuentro con el padre de mi novia no duró más de tres minutos, pero jamás me hubiera imaginado que ese señor pasaría a ser una de las personas más trascendentes en mi vida.
Después de tres majestuosos días en la República Dominicana, me regresé a México y pasó -quizás- un mes antes de volver a la Ciudad Primada de América.
Al hacerlo en septiembre, mi novia me organizó una cena para que pudiera convivir con toda su familia.
¡Qué noche!
Atesoro mucho los recuerdos de dicha velada, ya que el haber tenido la oportunidad de sentarme a reír, contar chistes y escuchar anécdotas de MIGUEL COCCO, no era algo de todos los días.
¡Así es!… Mi primer encuentro con Miguel Cocco fue en la privacidad de su casa, rodeado de sus mujeres: Doña Minerva, Jarouska, Katherine, Maureen, Pachi y sus nietas Luna y Mía.
Posteriormente, contraje matrimonio.
Desde el primer día, mi suegro y suegra –más allá de tratarme como un yerno- me trataron como un hijo.
El día en que mis padres conocieron a mis suegros, sé que se creó una alianza.
El proteccionismo de mis padres –al yo radicar en la República Dominicana- quedó amortiguado, ya que desde el día en que conocieron a quienes serían mis suegros, se creó un vinculo especial entre ambas familias.
Miguel Cocco, hombre rodeado de puras mujeres en su casa, me dio la bienvenida con los brazos abiertos, siendo un protagonista en mi proceso de “aplatanamiento”.
Dado que en dicha familia había puras mujeres, y Don Miguel era el único hombre, procedí a apodarlo “CoccoMan” apodo que al principio lo sorprendió, pero que –posteriormente- adoptó.
Con el tiempo, aprendí lo que CoccoMan era… y siegue siendo.
Hoy, 20 de Mayo, se cumplen cuatro años de su fallecimiento…
Confieso que extraño mucho mis pláticas con CoccoMan los domingos o cuando llegábamos de sorpresa a llevarle Pizza.
Extraño escuchar su visión de la vida.
Extraño los besos que me daba cuando llegábamos a su casa.
Extraño sus regaños cuando consideraba que estaba por el camino equivocado.
Extraño su sonrisa pícara cuando quería contar un chiste.
Pero -sobre todo- extraño la presencia de una persona que inspiraba hacer las cosas aún mejor…
Se que el país que me adoptó, perdió a uno de sus grandes personajes hace cuatro años… pero también sé que gano mucho con sus enseñanzas… de la misma forma en como lo hice yo.
CoccoMan:
Un hombre pasional, pero racional.
Un hombre estricto, pero tierno.
Un hombre de batalla, pero conciliador.
Un hombre de lágrimas, pero también de sonrisas.
Un hombre calculador, pero espontáneo e impulsivo.
Un hombre que jamás se rindió ante la lucha por la igualdad.
Un hombre que te regañaba, pero luego te besaba.
Un ser humano único e irrepetible.
Don Miguel-CoccoMan- está en todos lados… Doña Minerva lo mantiene latente, mi esposa lo mantiene vivo y lo único que lamento es que no haya logrado conocer a sus nietos Galia y -sobre todo- a su primer nieto barón: Raúl Baz Cocco.
Yo no extraño al político.
No extraño al padre del frente patriótico.
No extraño al Director General de Aduanas.
Sencillamente, extraño a mi amigo.
@RaulBaz