Mientras nos decidimos, se

Marcha la ocasión.

Publio Siro.-

Una recepcionista que habla cinco idiomas, que llegó al país hace unos seis meses, quien no puede ocultar su origen, por su físico y el acento, admite que es dominicana, enseñando su cédula; un seguridad que apenas habla español y su compañero que lo balbucea un poco, cuestionados sobre el tiempo que tienen viviendo en este país, manifiestan que hará cosa de un año pero, que son dominicanos y por igual muestran sus documentos de identidad; cientos y cientos de haitianos trabajando en la Colonia Kennedy en Constanza, cuyo número, supera ya los dominicanos, trabajando libremente en lo sembradíos como si estuvieran en el patio de su casa.

No me referiré a más casos porque como muestra basta y sobra, aunque todo esto parece confirmar que el problema haitiano no es tan simple como nos pretenden hacer creer. Todavía podría señalar culpables de esta situación pero prefiero cuestionar; ¿son culpables las Fuerzas Armadas por no haber podido controlar esta situación, que a todas luces ha estado del conocimiento de los que supuesta o realmente están a cargo de poner ese orden? ¿Son culpables los hoteleros que “Importan” estos profesionales y obreros, a los cuales, como por arte de magia, tienen las “facilidades” para sacarles todos sus papeles? ¿Son culpables los empresarios agrícolas que emplean los indocumentados, en pleno conocimiento de lo que están haciendo? ¿O todos son inocentes y las culpables son las autoridades de Migración que les dan las “facilidades”, principalmente a los Hoteleros y Hacendados, que por demás, se hacen de la vista gorda con los ingenieros y los empresarios agrícolas?

La verdad de todo lo anterior la desconozco, quizás solo conjeturo, pero sí puedo decir, que los conceptos precedentemente expuestos, sea cuando sea, serán esclarecidos y todos los culpables tendrán que rendir cuentas ante un pueblo que despertará, y nadie conoce con qué carácter lo hará. Y ya está sobreentendido, que la maestría de ese discurso pomposo y armoniosamente estructurado, supera por mucho la utilidad del mismo en todo lo que concierne a los intereses de la Nación.

Nuestro diario vivir, parece más bien un batido de mango con aguacate, donde las realidades superan con creces todas la ficciones que habitan en las bien puestas cabezas de muchos de los que nos mal gobiernan. Donde para la gran mayoría que no pertenece a los agrupados en el fideicomiso de los “Solidarios”, es como si estuvieran dentro de una batidora girando ante miles de posturas incongruentes y engañosas, que no permiten coordinar una sola acción en favor de la sociedad no clientelar y, por esa razón, no hay oposición que sea coherente, tal y como expresó un notable pensador, cuando señalaba que lo que para unos es contradictorio, para otros es paradójico y, para otros, banal.

Qué pena el haber llegado a esta situación de inestabilidad general, donde hasta los sentimientos patrios se confunden y los roles lucen descontrolados, porque cuando la autoridad se ejerce a medias o peor aún, con temor, la indisciplina y el desorden institucional se acrecientan. Se desconoce quién manda y cuando lo hace, si es que lo hace, como es el caso de los “compañeritos” asociados primero al partido que manda y luego, a su brazo sindical de la ADP, que reclaman su parte en la repartición del clientelismo político sin importarles un bledo la institucionalidad, desconociendo hasta la autoridad del Ministro. ¡Nos j….os! ¡Sí señor!