En inglés existe la frase “windfall profits” que podríamos traducir como “ingresos imprevistos que nos llegan del aire” para señalar aquellos recursos que no tenemos presupuestados ni previstos que nos ingresarán en un futuro cercano o lejano. La tormenta nos trajo unos ingresos extraordinarios, nos referimos a la negociación del contrato con la Barrick Gold que produjo unos “2,000 millones de dólares” que van a ser introducidos en el presupuesto nacional mediante una Ley de Presupuesto suplementario para poder usarlos en este mismo año.

Soy partidario de aprender en cabeza ajena, aunque nos creemos muy competentes para gastarlo “medalaganariamente”. Veamos los ejemplos de Chile y Venezuela con sus inesperados ingresos extraordinarios producto de la especulación en el mercado de los “commodities” ante las pérdidas sufridas en el mercado financiero.

Venezuela ha utilizado sus fuertes ingresos petroleros en financiar el gasto gubernamental financiando la importación de alimentos y financiando programas sociales, pero descuidando la inversión en la infraestructura, además de Petrocaribe, mecanismo de financiamiento blando del petróleo a países como la República Dominicana. Esa política ha llevado a Venezuela a ser la economía con mayor índice de inflación y menor crecimiento económico en América Latina.

Por el otro lado, Chile tuvo ingresos extraordinarios por los precios del cobre. La entonces Presidenta Bachelet no los gastó y creó un fondo que mantuvo intocado para luego utilizarlo para revertir los efectos de la crisis financiera en la economía chilena, manteniendo la competencia y la competitividad más altas de América Latina.

El Presidente Medina se enfrenta a los otros retos: el pacto por la Educación y el pacto Eléctrico. ¿Podría decidir especializar esos fondos para atacar a uno de los dos? Debe hacerlo así, porque los recursos son limitados y son más eficaces si se dedican a resolver un problema y sólo uno a la vez. ¿Cuál considerará es el más estratégico? Ya la Educación tiene su punto de partida con la asignación del 4% del PIB, ¿por qué no dedicarlo a la instalación de las dos plantas generadoras para tener la “baza” negociadora de los contratos que se vencen próximamente?

La evaluación de la perceptiva macroeconómica de América Latina a la que aludimos, favor consultar al Fondo Monetario Internacional y su Informe, "Las Américas. Tiempo de reforzar las defensas macroeconómicas", disponible en:  http://www.imf.org/external/spanish/pubs/ft/reo/2013/whd/wreo0513s.pdf