El pasado jueves, en el contexto del IX Congreso Interdisciplinario de Investigación Científica celebrado en la Biblioteca Pedro Mir de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), el Dr. Paul Uhlir, miembro de la Academia de Ciencias de los Estados Unidos, presentó una conferencia sobre el futuro de la comunicación académica.
El tema de la comunicación en la cultura académica tiene suma importancia, porque el problema de la validación de los resultados científicos está relacionado con su comunicación. La ciencia es una empresa colectiva, donde las conclusiones de una investigación se comunican con el propósito de posibilitar la reconstrucción de los procesos de investigación, de generar debates y críticas en torno a los resultados.
El Dr. Uhlir reflexionó sobre el impacto generado por el surgimiento de los nuevos espacios virtuales de comunicación del conocimiento y cómo contribuyen a modificar el modo de entender los procesos de construcción y de transmisión de la ciencia.
El académico disertó sobre como las nuevas TICs posibilitan espacios de intercambio, colaboración, discusión y creación de “entornos de conocimiento abierto” entre grupos de expertos de distintas nacionalidades, culturas y lugares, quienes pueden compartir información de modo rápido, transparente y global, trascendiendo la limitaciones de los tradicionales mecanismos de comunicación físicos.
Después de la conferencia del Dr. Uhlir fue gratificante escuchar a jóvenes dominicanos estudiantes de ciencias de la UASD interrogando -en lengua inglesa, el idioma actual de la ciencia- sobre sus inquietudes relacionadas con el tema de la conferencia.
Fue un evento académico en “la otra UASD”, la que no sale en los titulares de los periódicos, la que no escandaliza con trifulcas y manifestaciones de bandoleros, la que se desarrolla de modo paralelo a aquella que es utilizada sólo como un mecanismo de ascenso personal al margen de méritos académicos.
La universidad que presenciamos quienes tuvimos la oportunidad de estar el pasado jueves es la que debe ser incentivada desde todas las instancias. Desde el Estado, con el financiamiento planificado y supervisado; desde los medios de comunicación, con la promoción y reconocimiento del evento; desde las instancias académicas, propiciando debates.
Hoy que comparto con ustedes estas líneas, me pregunto si “la otra UASD” podrá vencer algún día a la que muchos nos venden como verdadera, “la que hace mucho ruido y pocas nueces”. Mientras tanto, enhorabuena a todos los responsables de la realización del evento, por hacernos sentir partícipes de una academia y contribuir de este modo con el proyecto de ampliar los espacios de la libertad.