La falta de respeto..(..que nos traído hasta donde estamos hoy)

No me refiero al respeto hipócrita y mojigangoso que se "escandaliza" cuando alguien (especialmente una mujer) usa, a través de los medios de comunicación, palabras consideradas "malas” pero que son parte del vocabulario coloquial del país.

No. Hablo del respeto que nos falta cuando ignoramos la solicitud de ayuda que grita, con sus acciones, una joven -lanzada al centro de la canibalística vorágine farandulera, solamente por obra y gracia de su cara bonita y el tamaño de su culo – y nos sentamos cada noche al frente del televisor, con un sadismo colectivo, esperando enterarnos cuál habrá sido la última "locura" de Venya Carolina.

Cuando aceptamos como válido que la sociedad, las escuelas y colegios rechacen a una niña estuprada y mancillada, usualmente por algún familiar o amigo troglodita, bajo el argumento de que ya es "una mujer", haciéndola víctima de atrasados prejuicios sociales.

Cuando no nos afrenta que menores con algún impedimento físico sean abusados, sexualmente, en un asilo infantil, y que los criminales degenerados culpables de esta ignominia, puedan seguir escondiéndose bajo la impunidad que les brindan sus pedófilas sotanas.

Donde asistimos, pasivamente, a la entronización de la oclocracia y a la consolidación del esbozo de dictadura unipartidaria y neo-liberal que padecemos

Cuando Balaguer traslada los restos del mil veces maldito Pedro Santana al Panteón Nacional, y nosotros hasta lo celebramos.

El respeto que necesitamos para admitir que en los últimos 50 años hemos ido, como borregos, a votar en elecciones -usualmente fraudulentas- creyendo que de verdad tenemos algún poder de selección.

Es una falta de respeto ver cómo, en un país donde las grandes mayorías carecen -y necesitan- de todo, el gobierno le regala más de 25,000 millones de dólares en oro a la Barrick Gold y seguimos tan tranquilos.

 

Ver cómo hay partes de nuestra isla donde los dominicanos tenemos que pagar o pedir permiso para entrar, y hasta las carreteras están en manos de compañías extranjeras.

Ver cómo para que el gobierno reparar una escuela, ésta deba ser ocupada por jóvenes contestatarios y de nombres poéticos.

Ver cómo se reactiva el circo electoral, ese hemorrágico desperdicio de tiempo y de recursos, ofreciendo, esta vez, la ilusión de "escoger" entre lo más malo y lo peor, mientras se incrementan los problemas económicos y sociales del país, magnificados por la indolencia, la apatía y la carencia de voluntad política de los que dirigen la cosa pública para enfrentar y buscar soluciones a los mismos.

No puede haber respeto en un país donde una porción de las más altas autoridades civiles y militares están envueltas en el narcotráfico y la apatía ciudadana empieza a aceptar esta conducta como parte del "folklore".

No existe respeto donde ladrones y desfalcadores -convictos y confesos- del erario son indultados e inmediatamente "reintegrados" a sus posiciones "dirigenciales" en cualquiera de las tres letrinas morales que han dirigido el país en los últimos anos.

Donde la Policía Nacional, bajo el alegato de combatir el crimen y "proteger" la seguridad ciudadana, aplica una pena de muerte, ilegal y selectiva, que ha causado más muertes, en los últimos 8 años, que la política de terrorismo oficial de Balaguer en el periodo 1966-70.

Donde la gran mayoría de los miembros de las Fuerzas Armadas y sus familias sobreviven con un sueldo indecente y miserable y luego se les exige, hipócritamente, que sean dechados de virtudes morales y ejemplos de civismo.

 

Donde la clase empresarial, única beneficiaria, junto a los políticos corruptos del crecimiento macro-econó mico, propone, de "la boca pa' fuera", soluciones correctas mientras cabildea para arrancarles a los trabajadores las mínimas conquistas laborales que aún disfrutan, como son el derecho a cesantía, pre-aviso y liquidación.

Donde asistimos, pasivamente, a la entronización de la oclocracia y a la consolidación del esbozo de dictadura unipartidaria y neo-liberal que padecemos.

Somos culpables, por apatía, dejadez, inacción e individualismo, de que nuestros dirigentes nos falten al respeto, y nos conviertan en el hazme reír del mundo, cuando describen en los foros internacionales un país de maravillas que, paradójicamente, anda por el mundo mendigando ayudas y comprometiendo su futuro con onerosos empréstitos que harán peligrar – una vez más – su soberanía.

 

Cuando esos mismos dirigentes aprueban leyes justas, necesarias y progresistas y son los primeros en relegarlas al olvido, ignorarlas y violarlas.

Se falta el respeto a sí mismo un pueblo que asiste, impasible, a la crónica anunciada de la muerte de sus libertades, mientras cifra sus esperanzas de un orden más justo en la aparición de un ser providencial (diferente al que tenemos en el Palacio Nacional) o de "un coronel que se case con la gloria".

Me refiero, en fin, a que nos hace falta el respeto que se gana como fruto de la imposición del imperio indiscriminado de las leyes, traído a fruición por la acción conjunta de todas las fuerzas patrióticas y progresistas de la sociedad.

Somos un pueblo alegre, dicharachero, solidario e irreverente, pero se nos está haciendo tarde para "ablandar habichuelas", y si no abordamos, seriamente, la tarea de arrancar las riendas de nuestro destino de las manos de esta cáfila de traidores que hemos permitido nos dirija hasta ahora, nunca vamos a alcanzar el respeto por el que lucharon y murieron Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, Gilbert, Liborio, Jiménez Moya, García Guerrero, Manolo, las Mirabal, Amín, Amaury, Caamaño, Amelia, Pichirilo, Viau, Capocci, Fernández Domínguez, Mamá Tingó y toda la pléyade de héroes y heroínas que derramaron valientemente su sangre para dejarnos de herencia el orgullo de llamarnos dominicanos.

Rescatemos la dignidad, despertemos de este letargo inducido por los demagogos y los encantadores de serpientes, salgamos de este marasmo moral que nos ahoga y que califica de "pendejo" a todo el que no roba, trafica, contrabandea, corrompe, soborna o se prostituye.

Aprovechemos las venideras elecciones y, a través del voto, cambiemos el rumbo del país…..  y si no podemos a través del voto..  ¡¡¡¡¡cambiemos el rumbo del país!!!!!