José Cordero Michel  nació en Santiago de los Caballeros el 7 de enero de 1931. Se graduó en la Universidad de Santo Domingo (hoy Autónoma) de Doctor en Derecho en 1953, es decir a la edad de 22 años. En dicho año sale del país e ingresa a la Universidad de Wisconsin, Estados Unidos, donde realiza estudios de Economía, para luego trasladarse a Escocia e Inglaterra donde estudia  Sociología y Economía en las universidades de Londres y Perth. De allí se traslada a la Universidad La Sorbona de Paris en la que se gradúa de Doctor en Ciencias Económicas en noviembre de 1958, es decir a la edad de 27 años.  El 20 de junio de 1959, a los 28 años de edad muere en una acción política de gran envergadura  dirigida a derrocar  la tiranía de Trujillo.

El supremo sacrificio de José Cordero Michel y su ejemplar vida en apenas 28 años demuestran que la política es una de las actividades más elevadas de la especie  humana; la política se remite a la dirección y gestión  del Estado procurando los más altos niveles de honestidad y eficiencia, pues de lo contrario es una farsa.

La acción política de José Cordero Michel no se guía por conveniencias o intereses personales. Pudo –con todo mérito y  derecho – haber  realizado plenamente su ya brillante carrera profesional;  más optó  por el servicio a los demás, a su lar nativo, respondiendo al  llamado de la historia.  No ha sido el único. Juan Pablo Duarte  realizó  enormes sacrificios personales por similares motivos, lo mismo que miles de dominicanas y dominicanos a través de la historia, para quienes  la política ha tenido ese extraordinario  y  digno propósito.

Las luchas  y enormes sacrificios  del pueblo dominicano  no se reducen a las conquistadas libertades públicas (siempre amenazadas) y democracia electoral (aun precaria). Se remiten y así lo demostró el propio José Cordero Michel  en su pionera obra de historiografía científica dominicana (Informe sobre la Republica Dominicana 1959. Colección Historia y Sociedad No. 15, Editora UASD, 4ta edición,  1975) al conjunto de aspectos que determinan el verdadero desarrollo humano.

Que la  República Dominicana ocupe un nuevo peor lugar en las estadísticas mundiales ahora y hace sólo algunas semanas cuando la Organización Mundial de Salud (OMS) coloca el país en el segundo  lugar en el mundo  en  número de muertes por  accidentes de tránsito, lo mismo que acontece con otros indicadores fundamentales del desarrollo, evidencia que  los políticos en los últimas décadas  poco han tenido que ver con  la política  en su más elevado  sentido y propósito.