Ahora que Jean Alain va para Brasil, invitado por las autoridades cariocas para dizque entregarle información del caso Odebrecht que él ya tiene (talvez más que las que sus anfitriones puedan tener), le recomiendo que goce los preliminares del carnaval de Rio, con sus ruidosas batucadas y sus despampanantes garotas en tangas (quizás hasta se le pegue una); que se baje veinte o treinta caipiriñas con mucho hielo; que coma feijoada todos los días y que no deje de visitar los bares de Ipanema, para que bote bien el golpe, como hacen los vagos con dinero en Brasil. (Y aquí lo esperamos con sus nuevos cuentos).