El filósofo español Fernando Savater puso el dedo en la llaga cuando afirmó en Ciudad de México el 19 de abril que el populismo es una de las amenazas que enfrenta la democracia, y entre ellas están las que constituyen las “versiones degradadas” de ella misma, de las que se aprovechan la impunidad y la corrupción.
El ex corresponsal de guerra, autor de decenas de obras, entre ensayos filosóficos, políticos y literarios, narraciones y obras de teatro, opina que más que el autoritarismo y el totalitarismo, hoy la democracia está amenazada por las deficiencias educativas.
Para el escritor español, el populismo es la democracia de los ignorantes, cuya tentación consiste en creer que no vale la pena pensar por cabeza propia, sino ser simples y que otros piensen y decidan por los ciudadanos.
Estima que si ello se suma a las deficiencias educativas actuales, son tanto más culpables cuando todos podemos informarnos por tantos medios, siendo la información y el conocimiento tan accesibles en la actualidad.
“El populismo es una de las amenazas, pero también está lo que algunos han llamado cleptocracia, el reino de los ladrones”, señala el escritor español, quien reflexiona que “lo grave no es que haya corruptos, sino que se cubran con la impunidad”.
Savater describe a la perfección lo horrible de la impunidad. “El hecho de que la gente vea que las leyes están hechas para saltárselas”. Y recuerda la vieja metáfora de la red que atrapa a los peces, los gordos la rompen y se van, y los pequeños quedan atrapados.
Para el autor español eso es desmoralizador, “porque normalmente esos peces grandes son los que más beneficio obtienen de la sociedad”, y su mal ejemplo es percibido con naturalidad por los sectores sociales de menos o ninguna educación que entienden que no es malo robar.
Fernando Savater critica con razón a la educación, porque implica sólo formación profesional, para ganarse la vida con destrezas laborales, no la visión de formar seres humanos, sino empleados, tras referirse a la filósofa estadounidense Martha Nussbaum, y su obra Cultivar la humanidad. El autor español recordó que la mala educación resulta demasiada cara para los países pobres.
De nuestra parte, añadimos que el precio de la libertad y de la ley debe fundamentarse en la realidad objetiva de la sociedad, porque cuando una democracia se cimienta en el relativismo moral y considera como natural y aceptable negociar todo principio o valor ético, a pesar de sus reglas formales, ya está en el camino del totalitarismo y la dictadura.