El año de las batallas electorales ha comenzado y, tan pronto como el 16 de febrero (municipales) y el 17 de mayo (congresuales y presidenciales), se sabrá cuán eficientes y eficaces han sido las estrategias del gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD) para mantenerse en el poder. Su estado actual producto de una división evitable tras las primarias del domingo 6 de octubre de 2019, es el peor desde su fundación en diciembre de 1973, y ya se le agotó el tiempo hasta para errores mínimos.

El presidente de la organización, tres veces presidente de la República y precandidato presidencial en las elecciones internas, Leonel Fernández, denunció un gran fraude electrónico en su contra y renunció junto a parte de sus seguidores para fundar Fuerza del Pueblo (FP), que ya ha sido inscrita en la Junta Central Electoral para competir en los próximos comicios con un padrón de 7 millones 487 mil 40 votantes.

GUERRA PSICOLÓGICA

De cara a las presidenciales de mayo, ¿qué porcentaje captará Fernández y cómo impactará a su anterior casa? Al menos un 10% sería un golpe mortal por necesidad, salvo la ocurrencia de un evento del azar que llene las urnas de votos morados. Y lo sabe el liderazgo oficialista regenteado por el presidente Danilo Medina.

Se han propuesto, por ello, aminorar el impacto de la hemorragia interna, a través de una sostenida campaña para radicalizar a la militancia a través de la construcción de una percepción sobre un Leonel enemigo y reducido a nada, sin posibilidad de ganar el poder.

Las acciones para concretizar la neutralización son múltiples y variopintas. Van desde advertencias de perder sus trabajos al medio millón de empleados públicos, sugestión a leonelistas “encubiertos”  en el partido, y sostenido activismo con las dirigencias provinciales, hasta una avalancha de voceros formales e informales con mensajes clave en medios tradicionales y redes sociales.

Fernández y la FP, en cambio, han avanzado temprano acuerdos electorales para los niveles municipal y congresual con el opositor Partido Revolucionario Moderno (PRM), mientras bombardean y les cuentan los días a “los engreídos de Palacio”, salvando de los ataques a miembros y simpatizantes del partido morado en el entendido de que son potenciales fuercistas.

Y han advertido que impedirán la repetición del fraude cometido en las primarias con la asignación 5 mil veteranos como delegados en los centros de votación.        

UN TRECHO DE ESPINAS

El PLD tiene a su favor todos los resortes del gobierno y la voluntad del presidente Medina para sacar del escenario a Fernández. Pero opera en contra el desgaste de sus 16 años consecutivos de ejercicio gubernamental y el mal manejo dado por una parte del Comité Político a la crisis que explotó al calor de las primarias, aunque se salcochaba desde antes.

Las campañas sucias contra LF, nunca rebatidas por actores fundamentales de ese organismo, y el afán de modificar por segunda vez la Constitución para restablecer la repostulación del presidente, presagiaban una ruptura abrupta, quizá, no prevista por los estrategas danilistas. Un conflicto similar había ocurrido en 2015, en que se impuso una reforma, pero Fernández retiró sus aspiraciones para apoyar al rehabilitado mandatario, y permaneció en el partido.

En 2019 anunció sus aspiraciones a la Presidencia; sin embargo, Medina, impedido constitucionalmente, optó por armar la candidatura con su ministro de Obras Públicas, Gonzalo Castillo, para enfrentarlo a LF.

Según la Junta Central Electoral, Castillo remontó en el tramo final (más de un 2%) y ganó las elecciones internas 911,324 a 884,630. Fenómeno que expertos en Estadística han considerado improbable, salvo manipulación electrónica.

José Ramón Peralta, ministro administrativo de la Presidencia y uno de los voceros del proyecto oficialista, ha dicho que la salida de Fernández no impedirá la victoria. Para él, el PLD se ha restablecido de la crisis y crece en las preferencias de los votantes. Fernández, sin embargo, le ha presagiado una derrota total en las presidenciales de mayo.

Por primera vez en los 16 años de gobiernos consecutivos, el PLD no las tiene todas consigo. Luce desgaste, está herido por la división reciente y su dirigencia ha consumido gran cantidad de las energías contra Leonel Fernández, mientras, durante cuatro años, ha mostrado tibieza enciclopédica frente al opositor PRM y su candidato presidencial Luis Abinader, dejándole campo abierto para crecer.           

Podría ocurrirle algo parecido a Chacumbele, un muchacho muy pobre que, junto a su perrita, se enganchó en un árbol y salvó de milagro de las graves inundaciones provocadas por el poderoso ciclón del 32, en Santa Clara del Sur, Camagüey, Cuba. Luego, viajó a La Habana, donde logró su sueño de ser una súper estrella de circo, pero se suicidó al ver, desde lo alto, que su amada novia se besaba apasionadamente con otro hombre.

https://www.cuballama.com/blog/se-mato-como-chacumbelequien-fue-chacumbele/