El reciente Editorial de La Lupa Sin Trabas presentó su argumento en contra de la creación de un Ministerio de Minas y Energía. Parte del argumento gira en torno a los pobres incentivos salariales que presentaría una estructura cuya remuneración económica tendría como techo el sueldo del Ministro. Este argumento no es valido sólo para un Ministerio de Minas y Energía. Lo mismo aplica para el Ministerio de Educación (MINERD), entre otros.
Históricamente, el sector educativo ha sido incapaz de captar un personal altamente calificado por las compensaciones salariales competitivas que ofrecen otros sectores nacionales, o dicho de otra manera, por los bajos niveles salariales que le caracterizan. Esto no sólo habla sobre la productividad y capacidad de innovación de quienes ocupan posiciones en el sector educativo, sino que también refleja cuan poco valoramos la educación como mecanismo de transformación social. A pesar de que la remuneración no debe ser el principal incentivo para un servidor público, tampoco puede representar un obstáculo para una calidad de vida como la que amerita un funcionario del Estado. Dicho esto, es importante integrar a la discusión la nomina del MINERD, que actualmente distorsiona muchas de las conversaciones sobre las negociaciones salariales y elimina la posibilidad de mayor eficiencia para la formulación de políticas educativas verdaderamente efectivas.
El incremento presupuestal que evidenció el MINERD con la aprobación del 4% del Producto Interno Bruto no será suficiente como para una transformación del sistema, por múltiples razones, no todas relacionadas a suficiencia presupuestal. No obstante eso, el 4% lograría mucho más si el gobierno redujera la burocracia ineficiente que desnaturaliza los propósitos del Ministerio. Primero, una reducción de la nómina supernumeraria permitiría reconsiderar la posibilidad de revisar los aumentos salariales de los docentes. La nómina del MINERD concentra 150,277 cargos de los cuales 47,179 pertenecen al personal no docente. De estos 47,179, 41,852 son cargos administrativos (Observatorio del Presupuesto en Educación, 2012). ¡Simplemente inaceptable!
No menos importante, una revisión de la nómina permitiría la contratación de una serie de técnicos, que implícito en el argumento de La Lupa, tienden a encontrarse en los institutos que conservan cierta autonomía y cuyos empleados “mantienen continuidad”. La Lupa no se equivoca. ¿Pero por qué se da este fenómeno?
Existe mucha discriminación respecto al potencial técnico que ostentan ciertas instituciones gubernamentales. Raras veces escucharemos hablar del MINERD o del Ministerio de Salúd Pública como instituciones técnicas. Hay un entendimiento, a veces consciente, otras veces inconsciente, de que el plano económico siempre requerirá la mayor atención de nuestros gobiernos. Eso se evidencia en el salario mensual que recibe el gobernador del Banco Central RD$965,330.00 cuando lo comparamos con el salario recién aumentado de la ministra de educación: RD$300,000.00
Ante la pregunta, ¿dónde están nuestros tecnócratas en materia de educación?, cabe decir que tenemos que comenzar a formar a ese cuerpo de profesionales multidisciplinarios dispuestos a revolucionar nuestra forma de hacer política. Pero de nuevo, así como muy pocas personas van a decidir integrarse al magisterio por un simple deseo de ver mejorar la calidad educativa en nuestras escuelas públicas, el Estado encontrará una mayor demanda por la formación que requieren nuestros administradores públicos si desarrolla los incentivos adecuados para atraerlos y mantenerlos contentos.
Hay mucho que podemos hacer por mejorar la calidad de nuestra educación pública, pero sin un Estado fuerte, sin instituciones sólidas, ni con los incentivos adecuados, es mucho más difícil.
Los salarios son un indicador comparativo de lo que entendemos es más importante para la sociedad. Hay que subir los salarios de los profesores de nuestros hijos, aunque estoy muy consciente de que hay que subir la capacidad y calidad de la educación que hoy imparte la mayoría de los maestros. Mientras no entendamos que ambas cosas son necesarias y que ambas están unidas, no lograremos lo uno ni lo otro.