Múltiples han sido los análisis, estudios y opiniones vertidos por los expertos para identificar y dar sentido a la situación de dificultad por la que atraviesa la economía del país en estos momentos. Se habla de dilapidación de recursos, manejo inadecuado de las finanzas públicas, incidencia de los actos de corrupción gubernamental y una gama adicional de factores que tratan de comprobarla.
Nada tan efectivo, sin embargo, para lograr esa identificación, como las acciones que se dan en el mercado mediante la proliferación de los planes de promoción dirigidos a impulsar las ventas en los mas disimiles sectores que compiten por atraer las preferencia de los clientes.
Basta con leer los diarios nacionales y nos encontraremos con una serie de ofertas que definen una cada vez más atrevida propuesta de beneficios y ventajas que dejarían atónitos a los más escépticos apostadores. En estas propuestas destacan categorías tales como las empresas de servicio en telecomunicaciones, banca, centros comerciales, ferretería, pintura, combustible y otros.
Generalmente cuando la situación económica de un país se torna difícil las empresas tienen a refugiarse en las acciones de promoción que provocan una respuesta inmediata a sus reclamos, procurando mantener unos niveles de venta de sus productos similares a los obtenidos en tiempos de bonanza y prosperidad económica.
Las ofertas van desde la posibilidad de ganar un carro diario durante cuarenta días de Jumbo en el sector de plazas comerciales, pasando por los 25 mil diarios del Banco León y un millón al cierre de su campaña, hasta la aparentemente interminable competencia promocional de las empresas de telecomunicaciones.
La puesta en marcha de esta estrategia casi forzada por la circunstancia, encierra un peligro para determinadas marcas que deben tomar en cuenta los riesgos que encierra alcanzar objetivos económicos inmediatos, frente a la necesidad de garantizar potencial de crecimiento y beneficios de largo plazo.
Esto así, en razón de que en términos de estrategias de marketing y publicidad el resultado final del esfuerzo encierra los aspectos básicos de buen servicio, diferenciación en el producto o la marca ofertada, el valor que los mismos representan para el consumidor o usuario, así como la consistencia en las campañas de publicidad para crear conocimiento, credibilidad, seguridad y confianza en la marca.
Este peligro se minimiza, haciendo provecho de esta circunstancia para crear una base de datos de los clientes con su respectivo perfil, identificando sus necesidades y aspiraciones al tiempo de definir sus rasgos en términos demográficos, geográficos y sicograficos para entenderlos y presentarles futuros planes de comunicación publicitaria.
Está claro que esta difícil situación económica por la que atraviesa el país en la actualidad, presenta también grandes oportunidades para la persuasión, conquista y fortalecimiento de una clientela que a largo plazo sirva para la consolidación de una futura exitosa gestión de negocios.