Sr.
Fausto Rosario ‘Jáquez’
Director y ex propietario de Acento
Su despacho
Señor Director:
Esta es una las cartas que uno nunca quisiera escribir; peor que una despedida, que una renuncia obligada o de aceptación de un departamento en el progreso, pero “la vida, cortita pero jodida” nos pone, sin nosotros esperarlo ante disyuntivas sorpresivas, porque uno ve caras y no corazones.
Le tengo que reconocer que la motivó su “cachanchán” Gustavo Olivo en el pliego de peticiones absolutamente individual que publicó hoy 3 de julio en la “cloaca digital” que usted dirige. Para no hacer más largo el cuento, Señor Director, creo que se puede ser mafioso y Don Gustavo lo acepta con gracia, pero lo que me parece inaceptable es ser mafioso y también comesolo.
¿Por qué el señor Olivo no se acordó de incorporar entre las peticiones a los verdaderos dueños del “estercolero” mejorías para los columnistas?
Escribir en un periódico digital de la mafia, es una distinción que pocos podemos exhibir y por lo mismo deberíamos (los sirvientes de los mafiosos) tener algunas retribuciones, que los “capos” dueños del portavoz de los “calieses digitales” puedan regalarnos sin que les signifique un desembolso importante, me atrevo a proponerle que se premie la fidelidad a la “omertà”.
Por ejemplo, podríamos ser beneficiados con unas vacaciones en Haití con visita a casa de putas opcional. Mafiosos seremos, pero se me ocurre que para nosotros hay cosas sin opción.
Otro beneficio que a la mafia propietaria de la cloaca de su dirección no le significaría mayor sacrificio es la gratuidad de exámenes de Rayos X, para el columnista, su familia y amiguitas, también opcional.
Una nueva sección, además de Opiniones, sobre historia no quedaría nada mal y se podría pagar con drogas. Se imagina usted un artículo sobre los Paleros de Balá, o sobre las repercusiones de la Carta Pastoral de enero de 1961 (no me refiero a las visitas de cueros a los templos) o sobre fraudes electorales o una biografía no autorizada del Malo que sirva para que en un concurso escolar, la muchachada pueda buscar alguna acción que haya servido para mejorar la democracia, el respeto y la fraternidad entre los seres humanos.
Bueno Señor Director, espero que el hecho que sea público quienes son los verdaderos dueños de “Acento”, le sirva de motivación para una profunda reflexión. Veo con un poco de preocupación que algunas causas están siendo defendidas sólo por mafiosos de los que usted es parte. Debe recordar que hace unos días, cuando sus relaciones con la mafia todavía no eran conocidas fue calificado como “farsante, comediante, ignorante y perverso” y ahora que sus relaciones con el crimen organizado son de domino público, quiero reclamarle por la falta de confianza que usted tuvo conmigo, debió decírmelo junto con aceptar mi primer artículo en el vocero de la mafia. ¿Qué le diré ahora a mis hijos? Nunca estuvieron más en la palestra los hijos que en este trance, sobre todo que en mi campo dicen que “de tal palo, tal astilla”.
Debo confesarle que tenía sospechas de cuáles eran las motivaciones y quiénes los verdaderos dueños de Acento, por eso siempre acaricié la idea de escribir en el que hasta hace unos días era su periódico, ahora que se supo todo, espero que los dueños le permitan seguir recibiendo mis cuartillas y que ellas no le causen dificultades con la línea editorial.
Estoy seguro que el Señor Olivo ya se alzó con todo por lanzarse primero y es difícil que quedara algo para nosotros, pero reciba igual mis sentimientos de la más alta estima para usted y los dueños verdaderos del periódico los que deberían pensar en un cambio de nombre que le haga honor a sus recién develados propietarios: ¿Acenti?
Guillermo Cifuentes
Columnista