Roma, 16 may (EFE).- Color, luz, sonrisas, agua y paz son algunos de los aspectos que protagonizan la exposición que la embajada de Costa Rica en Roma inauguró hoy y con la que pretende explicar por qué el estado latinoamericano es el país más feliz del planeta.
Una exposición fotográfica que se desarrolla en la sede del Instituto Cervantes de Roma y que se enmarca dentro del mes de mayo, un mes que la entidad ha querido dedicar a Costa Rica y con la que la embajada, según explicó el embajador Jaime Feinzaig a Efe, pretende enseñar los colores del día a día costarricense por todo el mundo ya que la muestra realizará una gira por diferentes países.
"Somos un país de soñadores, de precursores, lleno de personas que han comprendido que sin paz no hay armonía y en el que tenemos más maestros que soldados", explicó el embajador en Italia, país en el que hay registrados 500 costarricenses como residentes.
Las paredes de la sede del Instituto Cervantes muestran una sucesión de fotografías de las que destaca el color y en las que se pueden apreciar el movimiento de sus aves, el color de los atardeceres de Poás o el brillo del río Bananito.
Una sucesión cromática que se rompe con un apartado dedicado a la memoria, en el que reina el blanco y negro y en el que pueden apreciarse fotografías de momentos críticos como los que se vivieron en 1963 durante la erupción del volcán Irazú.
Según confesó Feinzaig a Efe, "Pura Vida" es el eslogan del país, una frase utilizada coloquialmente por los costarricenses y que alude al buen ambiente que, según el diplomático, se respira en el país.
El objetivo, más allá de mostrar la felicidad que, según el New Economics Happiness Fundation, es innata en Costa Rica, trata de fomentar el turismo y la inversión extranjera.
"Decir que mi país es el lugar más feliz del mundo es un tópico que puede resultar cierto pero, si tuviera que definir Costa Rica, sería diciendo que se trata del país más bello y democrático, un oasis en medio de un mar turbulento", aclaró el diplomático a Efe.
El embajador, mientras mostraba una fotografía del Museo del Niño de Ciudad Capital, una antigua penitenciaría, aclaró que Costa Rica es un país pobre, pero que "la felicidad, evidentemente, no siempre reside en la riqueza".
Añadió que algunos de los retos que el estado centroamericano tiene que afrontar son la mejora de sus líneas de comunicación y reducir el índice de pobreza que permanezca "bastante alto".