Los habitantes de San Juan Chamula, una comunidad de la etnia tzotzil de Chiapas, en el sur de México, son un ejemplo de un hecho que parece convertirse en tendencia: los pobladores de este lugar dejaron de emigrar a Estados Unidos y empezaron a buscar empleo en otras poblaciones de su país.

Varias razones justificaron su decisión: cruzar la frontera al norte es cada vez más difícil y peligroso y el incentivo económico de emigrar para enviar dólares a México se ha disminuido.

Para muchos la migración internacional está dejando de ser una alternativa, le dice a BBC Mundo John Burstein, de la organización Voces Mesoamericanas, Acción con Pueblos Migrantes que trabaja en comunidades indígenas del estado mexicano de Chiapas.

"Lo que uno escucha más es que el ganar en dólares no les resolvió la vida, no resultó una manera de acumular capital ni una experiencia exitosa", explica.

"Mucha gente está decepcionada: hacen las cuentas y entre pagar la renta y los gastos en dólares y ahorrar para mandar acá, o trabajar en las fincas o la construcción, no hay tanta diferencia".

Caída en los ingresos

"Lo que uno escucha más es que el ganar en dólares no les resolvió la vida"

John Burstein, Voces Mesoamericanas, Acción con Pueblos Migrantes

Como San Juan Chamula cada vez son más las comunidades mexicanas que dejaron de ver a Estados Unidos como una fuente de ingresos, según reconocen informes oficiales e investigaciones de instituciones independientes, como el Centro Hispano Pew.

Especialistas creen que el país vive el inicio de un nuevo paradigma. Durante décadas la migración internacional sirvió como una válvula de escape que alivió en parte las crisis económicas.

Pero ahora la alternativa parece que empezó a cerrarse, de acuerdo con el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados, que registra en un estudio una caída en el monto que están recibiendo por remesas las familias mexicanas.

Esto "sin duda se traduce en menor consumo y deteriora el nivel de vida de los hogares mexicanos receptores de remesas", señala el estudio Claroscuros en el Panorama del Envío de Remesas a México del CEFP.

Según un informe del banco BBVA, en 2012 las remesas a México totalizaron cerca de US$22.400 millones, una caída de 1.6% frente al año anterior.

De acuerdo al CEFP, la caída en el flujo de remesas es un dato "alarmante" no sólo porque representan una de las principales fuentes de divisas del país, sino porque se han convertido en un complemento fundamental para el ingreso familiar del 24,5% de los hogares mexicanos.

Tendencias

De acuerdo con el Centro Hispano Pew la migración neta de México hacia Estados Unidos se encuentra en un nivel cero, es decir que el número de personas que regresaron a su país es prácticamente el mismo de quienes se fueron.

Son varios los factores que explican ese cambio en tendencia frente a años anteriores.

Dólares

El monto de las remesas hacia México se ha venido reduciendo.

Muchos de quienes volvieron fueron, en realidad, deportados. Durante el primer período de gobierno del presidente estadounidense Barack Obama un promedio de 400.000 personas fueron deportadas anualmente. La mayoría fueron mexicanos, según estadísticas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos.

La guerra contra el narcotráfico hizo peligroso cruzar por los estados del norte de México y la crisis financiera desatada en 2008 en Estados Unidos disminuyó las oportunidades laborales disponibles a los mexicanos en ese país.

Un elemento adicional fue un repunte en el desempeño económico de México, y que según académicos como Jorge Durand, de la Universidad de Guadalajara, abrió oportunidades de empleo para muchas personas que antes se ganaban la vida con la migración.

Hasta ahora no se sabe si esta nueva tendencia de la población será definitiva, pero lo que sí es claro es que la caída en las remesas pudo haber contribuido al aumento de la pobreza que el país registró en los últimos años, según establece el Observatorio Económico México del Servicio de Estudios Económicos del Grupo BBVA.

Como advierte el Observatorio, el mercado laboral estadounidense empieza a cambiar lo se traduce en una demanda creciente de mano de obra más capacitada que la anteriormente cubierta por los mexicanos, especialmente jornaleros.

Especialistas coinciden en que es pronto determinar el impacto de este nuevo escenario, pues aún cuando el número de migrantes se ha reducido, el flujo es aún importante, recuerda John Burstein.