Unrwa-run clinic in Nuseirat refugee camp, Gaza (17/01/18)

AFP
Millones de personas de todas las edades se ven beneficiadas por la agencia de la ONU que atiende a los refugiados palestinos.

Cuando los transeúntes caminan por las calles de la ciudad de Gaza, se encuentran constantemente un cartel que dice "La dignidad no tiene precio".

Pero lo cierto es que miles de refugiados palestinos temen que la reciente decisión de Estados Unidos de retener la ayuda que recibían esos territorios por más de US$65 millones (que podría aumentar a los 290 millones) podría afectar los servicios básicos de los que dependen la mayoría de ellos.

"La UNRWA (la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo) no solo nos dio comida, ropa, educación y atención médica, sino también un trabajo y oportunidades para las familias", explica a la BBC Najwa Sheikh Ahmed, oficial de información de la agencia.

Najwa nació en el campo de refugiados de Jan Yunis y se crió en condiciones muy difíciles.

Se mudó al campamento de Nuseirat cuando se casó con su esposo, que también es miembro del personal de UNRWA, con quien tiene cinco hijos.

Cuando los visito, pasamos por calles estrechas hacia la clínica local, pintadas con los colores azul y blanco de la ONU, para que Najwa pueda hacerse una revisión médica.

Observo a su hija mayor, Salma, que sobresale en una clase de inglés. Ella es una de los 270.000 estudiantes de la Agencia en Gaza.

Salma Sheikh Ahmed in English lesson

BBC
Salma Sheikh Ahmed va a clases en una escuela creada por la UNRWA.

"Como madre, me siento muy preocupada. Si la brecha de financiación no se salva, entonces UNRWA podría encontrarse en una situación en la que [tendría] que cerrar las escuelas y los servicios de salud. Mis hijos correrán peligro ", confiesa Najwa.

Ataduras

Estados Unidos es el mayor donante individual de UNRWA.

El año pasado, le dio a la agencia alrededor de US$360 millones, aproximadamente la mitad de la cantidad total que esta brindó en apoyo a los palestinos.

El presidente Donald Trump indicó por primera vez un cambio de enfoque el 2 de enero pasado, cuando escribió en Twitter que su país no recibió "apreciación ni respeto" por las grandes sumas de ayuda que brindó.

El Departamento de Estado insiste en que congelar los fondos de UNRWA está vinculado a "reformas" necesarias, pero muchos sospechan que la medida está destinada a castigar a los líderes palestinos.

Palestina cortó relaciones con la Casa Blanca semanas antes, luego de que Trump decidiera reconocer a Jerusalén como la capital de Israel.

Los palestinos afirman que Jerusalén Oriental es la capital de su futuro Estado.

La semana pasada en Davos, Suiza, Trump anunció que la ayuda a los palestinos se suspendería "a menos que se sienten y negocien la paz".

Estado especial

En la empobrecida Franja de Gaza, que tiene ocho campamentos de refugiados, la gente común se queja de que se encuentran atrapados en la geopolítica.

La agencia fue originalmente creada para encargarse de cientos de miles de palestinos desplazados por la guerra árabe-israelí de 1948.

Casi 70 años después, algunos de esos refugiados y muchos de sus descendientes continúan viviendo en campamentos, que ahora son barrios abarrotados.

UNRWA apoya a unos cinco millones de personas no solo en los territorios palestinos, sino también en Jordania, Líbano y Siria, donde los refugiados palestinos tienen derechos limitados.

Palestinos

Reuters
EE.UU. aporta casi el 30% del presupuesto total de la UNRWA, que provee atención médica, educación y servicios sociales a millones de palestinos dentro y fuera de sus territorios.

El destino de los refugiados es un tema central en el conflicto árabe-israelí y a menudo han estado en el corazón de la actividad política y militante palestina.

Los palestinos piden su "derecho a regresar" a partes de la Palestina histórica, tierra que ahora se encuentra en Israel.

El gobierno israelí, por su parte, rechaza esa afirmación y ha criticado a menudo el establecimiento de UNRWA por la forma en que permite que se herede el estatuto de refugiado, que señala que se aplica de manera única a los palestinos entre todos los refugiados del mundo.

"¿Cuánto tiempo vamos a tener UNRWA? ¿Otros 70 años?", me dijo en un reciente evento de prensa el primer ministro, Benjamin Netanyahu.

Khan Younis refugee camp

Reuters
Más de cinco millones de palestinos están registrados como refugiados.

"Ya tenemos bisnietos que son refugiados, que no son refugiados, pero están en la lista de UNRWA".

Netanyahu sugiere que las donaciones se transfieran a otras agencias humanitarias, incluido el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados.

"Tendrá efectos positivos porque la perpetuación del sueño de traer a los descendientes de regreso a Jaffa es lo que sustenta este conflicto", me dijo.

"UNRWA es parte del problema, no forma parte de la solución".

"Fracaso"

Los funcionarios de UNRWA subrayan que la Asamblea General de la ONU establece su mandato y descarta la idea de que obstruyan cualquier acuerdo de paz palestino-israelí.

"Es el fracaso de los partidos políticos para resolver el problema de los refugiados lo que lo perpetúa. Tan pronto como haya una resolución basada en el derecho internacional, basada en las resoluciones de las Naciones Unidas, UNRWA cerrará y entregará su servicio", afirma el portavoz de la organización, Chris Gunness.

A Palestinian carries a sack of flour at a UN food centre in northern Gaza (15/01/18)

EPA
La UNRWA abastece de alimentos a millones de palestinos refugiados.

La agencia ha lanzado un llamamiento global para llenar el vacío en su presupuesto y está recibiendo muchos mensajes de apoyo, incluso de celebridades y 21 grupos humanitarios internacionales.

Algunos en Israel también expresan su preocupación ya que el debilitamiento de UNRWA podría causar inestabilidad regional y crear más extremismo.

"Aunque UNRWA dista mucho de ser perfecta, el sistema de defensa israelí y el gobierno israelí, en general, han llegado a entender que todas las alternativas son peores para Israel", aseguró el exportavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel, Peter Lerner al periódico Haaretz.

Mientras, Najwa Sheikh-Ahmed solo hace pensar en el futuro de sus hijos.

"Sin UNRWA, nadie nos identificará como refugiados", dice la mujer, cuyo padre huyó de su hogar en Al-Majdal, ahora en Ashkelon, en el sur de Israel, cuando era niño en 1948.

"Mi número de refugiado, mi tarjeta de racionamiento, son testigos del hecho de que una vez tuve una patria. Sin esto, perderemos el derecho a luchar por nuestros derechos", afirma.