Chavismo y oposición en Venezuela abren una puerta al diálogo

Nicolás Maduro tuvo este miércoles un encuentro con miembros de la oposición a la que ha tachado antes de estar integrada por "parásitos" y "fascistas". El presidente venezolano se reunió, durante cuatro horas y 45 minutos, con 68 alcaldes de oposición recién elegidos en el Salón Simón Bolívar del Palacio de Miraflores. El antecesor de Maduro, el fallecido Hugo Chávez, entabló varios diálogos la oposición, pero siempre con resultados dudosos. Es difícil encontrar en 15 años de gobierno chavista un evento como el del miércoles, que empezó como un encuentro formal, pasó a ser un debate político y terminó siendo una plataforma para que los líderes locales de la oposición reclamaran, denunciaran y exigieran ante el gobierno central. Maduro, mientras tanto, tomó nota. Dio la palabra como quien modera un salón de clase e intervino -a veces vehemente, a veces risueño- cuando se sintió atacado. Nueve días después de unas elecciones municipales que dejaron unos resultados parejos -en los que si bien el gobierno fue mayoría, la oposición avanzó y reiteró que es una fuerza política contundente-, Maduro le dio a sus contradictores una plataforma política que pocas veces habían tenido en los últimos tiempos.
Reclamaron, denunciaron y exigieron
El gran ausente en el encuentro fue Henrique Capriles.
Moderación
Maduro se mostró moderado ante las críticas que no está acostumbrado a recibir de una manera tan directa. Respondió respetoso y negoció los tiempos que cada uno tenía para hablar."No somos débiles por estar aquí, ni vinimos a escuchar órdenes"
Gobernador de Lara, Henri Falcon
La reunión ha sido interpretada como un reconocimiento de Maduro a la fuerza de la oposición.
¿Meras palabras?
Las opiniones de los opositores en Venezuela tienen muy poca difusión en los medios televisivos, sobre todo después de que la privada Globovisión cambió de dueños. Por eso la reunión del miércoles sorprendió y le dio al gobierno un argumento para decir de que no censura a la oposición, algo que es cuestionado por muchos críticos. Con esta movida, Maduro reconoce la fuerza electoral de la oposición, que se ratificó en las últimas elecciones. La oposición tendrá un motivo de esperanza, pero también se puede ver limitada al haber aceptado la invitación a un diálogo que quizás no detenga el proceso de centralización del poder que ha llevado a cabo el chavismo. No obstante, el gobierno también se arriesga al comprometerse a oír, porque de no hacerlo puede sepultar cualquier voluntad de diálogo de la oposición. El del miércoles es un mensaje que el gobierno no mandaba hace mucho tiempo. Tal vez su objetivo con darlo es plantear un giro político en medio de la profunda crisis económica que sufre Venezuela. La polarización está en cada rincón de Venezuela y lleva años profundizándose. Algún día tendrá que dejar de ser así.Noticias relacionadas