El Papa Francisco visita este jueves Bélgica y Luxemburgo, un encuentro esperado entre ambos países que no recibían a un papa desde mediados de los años 90, con la visita de Juan Pablo II.

Esta visita es una viaje esperado, sobre todo por decenas de personas, víctimas de abusos sexuales y de adopciones ilegales por parte de la Iglesia Católica. El Papa Francisco se reunirá con una quincena de víctimas este viernes en un lugar secreto.

Algunas de las víctimas aseguran que es un momento importante para hablar con el Papa, otros, finalmente, lo han rechazado porque creen que el mal y el sufrimiento vivido ya está hecho.

Un portavoz de una parte de las víctimas se ha cuestionado hasta qué punto la reunión tendrá algún impacto, pues asegura que las visitas del Papa a Nueva Zelanda y Canadá, no se tradujeron en verdaderos cambios, por ejemplo, en el celibato de los sacerdotes, como piden algunos supervivientes.

La visita a Bélgica y Luxemburgo será breve con el objetivo de encontrarse con feligreses de estos dos países, que aunque aconfesionales, más del 40% de su población asegura ser católica.

El gran acto de la visita de Francisco será una misa con 39.000 personas en el mayor estadio de Fútbol de Bruselas, en el que se desplegarán también pantallas y se podrá seguir en directo por TV y radio.