SANTIAGO, República Dominicana.- (EFE y otros servicios de Acento.com.do).- Aunque sólo 14 familias se han querellado contra el sacerdote católico de Juncalito, suman varias docenas las víctimas de las violaciones sexuales y el acoso entre la feligresía de esta comunidad situada al norte de la República Dominicana, en la provincia de Santiago.
El sacerdote de origen polaco fue denunciando formalmente por los padres de al menos 14 niños y adolescente dominicanos quienes aseguran haber sido víctimas de abusos por parte de Alberto Gil Nojache, de nacionalidad polaca.
Las familias presentaron su querella en el Tribunal de Niños, Niñas y Adolescentes y en la Unidad de Violencia de Género de la Fiscalía de la provincia de Santiago, ubicada a 155 kilómetros al norte de Santo Domingo.
Los hechos sucedieron en la localidad de Juncalito, del municipio de Jánico, localizado en Santiago, donde el sacerdote católico tenía a su cargo 180 niños a los que formaba en “tarea de rescate”
Los hechos sucedieron en la localidad de Juncalito, del municipio de Jánico, localizado en Santiago, donde el sacerdote católico tenía a su cargo 180 niños a los que formaba en “tarea de rescate”.
Una fuente próxima a la investigación dijo a Efe que el Ministerio Público, a través de la Unidad de Género de la Fiscalía local, y la Policía requisaron la casa donde vivía Gil Nojache, y encontraron "pertenencias comprometedoras", que no revelaron.
Según versiones dadas por vecinos de Juncalito a medios de prensa, hasta el momento los niños y adolescentes supuestamente víctimas del religioso totalizan 14.
Sin embargo, la fuente consultada por Efe se limitó a decir que la Fiscalía junto a otros organismos de seguridad del Estado investigan el caso "para establecer responsabilidades".
Los menores narraron a sus padres que el sacerdote les tocaba los genitales y que, incluso, llegó a pedir a algunos de ellos que le mostraran la ropa interior y "hasta que se las modelaran".
El canciller de Arzobispado de la Arquidiócesis de Santiago, Alberto Arias, confirmó en declaraciones publicadas por el periódico dominicano El Caribe que hay una investigación en curso sobre la denuncia.
"Sabemos que hay una investigación sobre él. Hasta ahora lo que pedimos es que se investigue a fondo" en tema, dijo Arias, quien pidió al acusado responder a las acusaciones.
Agregó que "cualquier tipo de investigación que verse sobre él o de cualquier sacerdote de la índole que sea, pedimos que se llegue al fondo porque nosotros no tapamos nada".
De acuerdo con la denuncia, el religioso salió hace unos días a su país con la intención de regresar a la República Dominicana el martes, lo que no sucedió.
Su congregación lo suspende
El padre Wojciech Gil (Alberto) fue suspendido de sus funciones como sacerdote por su congregación, San Miguel Arcángel.
La comunicación de la comunidad religiosa fue notificada a la Arquidiócesis de Santiago.
El arzobispado de Santiago confirmó que el sacerdote se encuentra en Polonia, su país natal, y le instó a regresar a República Dominicana para que respondan ante la justicia por las acusaciones en su contra.