• Con Canasta Segura iniciamos la eliminación de los parásitos privados en la intermediación por los que todo llega por las nubes del campo a la ciudad: transporte, almacenes, mercados, colmados…
  • ¿Delivery?
  • Ellos son obreros victimizados para los que tenemos otro plan de empoderarlos como microempresarios o trabajadores con todos sus derechos.
  • Okey, pero vamos a entrar en materia. Explícame lo de “parásito” empezando por el transporte, que es actividad empresarial requiere inversión para comprar camiones, contratar chóferes, conocer lo que se está comprando, tener dinero adquirir productos y lo necesario para los viajes. Un parásito vive del otro, no trabaja.
  • Eso es “trabajo”, pura apariencia. Transporte es un servicio accesorio y simple que no cambia la naturaleza del plátano, la yuca o el molondrón que llegan al mercado igualitos como se los entregó el agricultor. No hay transformación ni valor agregado. En esta hoja de Excel tenemos todos los costos que implica movilizar un camión a cualquier punto del país: salario, depreciación del camión, combustible, peaje, costo financiero y una ganancia justa para el inversionista equivalente a un factor de 1.014 de la tasa prime bancaria en certificados a tres años. Cualquier ganancia por encima de nuestro cálculo es explotación parasitaria pura y simple pagan los consumidores.
  • ¿Entonces por qué no ponemos un control de precios a la intermediación por tipo de producto que tengan que cumplir cada transportista, como en el precio de los combustibles?
  • Sería lo ideal, pero no es conveniente.  Recordemos que los guardianes del neoliberalismo, el Fondo Monetario y el Banco Mundial, van a empezar a criticar eso en sus informes anuales. Controles de precios es lo primero que sugieren eliminar cuando un país se ve forzado a utilizar sus servicios, algo parecido a llamar a que el fuego en la casa lo apaguen unos bomberos que te llevarán lo que no destruyan las llamas. Ahí está el lío que provocaron aquí por el anuncio de que el gobierno renunciaba a su responsabilidad de mantener a raya a los comerciantes en la venta de productos esenciales. A la inversión pública como empresario intermediario no se oponen, sobre todo con número claros donde el gobierno creará un impacto positivo en la reducción de márgenes de comercialización.
  • ¿Y eso por qué?
  • Tendremos los costos controlados y sin afán desmedido de lucro. Lo que vamos a comprar es flota de camiones adecuados a cada tipo de cultivo, pagaremos mejor a los chóferes y los educaremos en el debido cuidado a propiedad pública. Al agricultor que hoy un transportista privado compra a 5 pesos y vende en el mercado a 15, cuando llegue a una finca encontrará que ya está el camión del gobierno lleno con los productos a 8 pesos, pagados en efectivo. Toma ruta para el mercado y ahí lo coloca a 10 pesos, una reducción de 50%. El promedio de reducción en unos 80 productos que están en la Canasta Básica que vamos a lograr es de 47.92% sólo en este renglón de transporte.
  • ¿Cómo el Banco Central nunca habló de este problema en sus informes de inflación, ni sugirió al gobierno un programa similar para contribuir a la estabilidad macroeconómica? Lo que muestran las estadísticas es que, en general, en el grupo Alimentos hay volatilidad en los precios, suben en algunos meses y bajan en otros. En la gráfica noten la variación mensual del Indice de Precios del total del subgrupo Alimentos y del Arroz, uno de los más importantes de la canasta.  Si toda la intermediación fuera de parásitos que no aportan valor y con control monopólico, entonces nunca veríamos que caen los precios para el consumidor final en un mes con respecto a otro.
  • Esa entidad es un nido de neoliberales que se aferra al dogma de que los precios justos se forman en mercados donde hay competencia, que les ha servido para secuestrar a la tasa de interés y la tasa de cambio. Por eso han ignorado esta realidad que descubrimos en un trabajo de campo sobre los costos objetivos y reales de la intermediación, mejorando la metodología de la Ley de Precios Justos vigente en Venezuela. Ciertamente aquí se ven precios que suben y bajan en algunos casos, pero es por apariencia, para no exagerar la explotación por aquello de “que lo mucho hasta Dios lo ve” le gusta usar a los creyentes y, además, ellos se entretienen más con su política monetaria de emitir certificados para reducir presiones inflacionarias. No bajan a la realidad del día a día a combatir la inflación como verdaderos soldados, de camión privado agiotista a camión público solidario, para beneficiar al productor y el consumidor.
  • Entonces en ese Excel están los costos reales con que ahora mismo se puede hacer una intermediación en el transporte efectiva, por ejemplo de Mao a Santo Domingo, en flotillas de camiones del gobierno. Si desplazamos a los transportistas privados, todavía tenemos a comerciantes privados en la distribución. ¿Vamos a tener una red de supermercados públicos y colmados?
  • En la segunda hoja tenemos los resultados del otro equipo que ha llevado al más mínimo detalle el costo real de poner en cada hogar los alimentos de la canasta básica. La participación gubernamental en la distribución, que reduce la intermediación de 10 pesos a 5 con todo y pagar al productor un 60% más en efectivo, tendrá con este esquema el control de la oferta y el poder de hacer esto: Aquí está este producto que antes llegaba a 15 y ahora te lo vendo a 10, para ganar yo los dos necesito para continuar con costos justos de transporte; en este producto el costo real calculado por nosotros para llegar a un hogar es 4 pesos, lo que incluye tu ganancia con el mismo parámetro que imputamos beneficios al transportista. El precio justo es 14 y será publicado para que lo conozcan todos los consumidores con la finalidad compren en los establecimientos vendan a ese precio o tal vez uno o dos pesos más, para tener en cuenta margen de error bondadoso a nuestro modelo.
  • ¿Y si para ese u otros bienes de la Canasta Segura se encuentra un precio mayor, qué hace el público?
  • Excelente. En ese caso por el mismo App en que consulta los precios tendrá la forma de hacer una denuncia que nos permitirá reducir a ese mayorista la asignación de venta del producto con precio excesivo, eso le enseñará a respetar acuerdo. En cuanto a los colmados, la información del cliente abusado llega encriptada y georreferenciada, lo que nos permitirá despachar unidades móviles que se ubicarán en las cercanías del agiotista para vender directamente a las amas de casa a los precios justos.
  • Una especie de 911 para emergencia alimentaria.
  • Exacto, con los alimentos de mayor ponderación en el gasto de las familias. Cuando los colmados vean que en cualquier momento se presenta una bodeguita móvil que le tumba la venta de lo que más deja al colmado, empezarán a poner los precios en línea con los que tenemos parametrizados para garantizar una alimentación de calidad y la moderación del afán de lucro empresarial al bienestar general de la población que, recordemos, el gobierno tiene obligación constitucional de garantizar a la población.
  • Pero el que se va a quejar es quien va al colmado a comprar en efectivo, ¿qué pasa con los que llaman para pedir a crédito? Me imagino que también tienen las respuestas, pero la última es ésta: ¿Con esto no se van a quedar las góndolas de supermercados vacías como en Venezuela, ni tendremos las filas interminables de gente buscando productos en bodegas con telarañas como en Cuba, ni vamos a crear expectativas de una canasta segura que si fracasa podría traer las protestas y muertes de aquel primer acuerdo?
  • Claro que no. En Venezuela el modelo de cálculo de costos tiene errores infantiles en las ecuaciones de comportamiento, el de Cuba es perfecto, pero el problema todos sabemos es el bloqueo y en 1984 Bernardo creía era pura teoría la maldad neoliberal del Fondo. Lo nuestro es un rompimiento de…
  • Paradigma, sí, esa era la que me faltaba escuchar. Gracias, con esto ya tengo para hacer el informe, buen trabajo camaradas.