EL OZAMA

Textos: Samuel Tapia | Gráficos y videos: Juan Camilo Cortés | Publicado el: 19/06/2017 6:00 am

Más de 50 años de conversaciones y una veintena de proyectos no han dado pie con bola para “rescatar” el río Ozama.

El más reciente – y ambicioso por demás – es el de rehabilitación de los ríos Ozama e Isabela. Parte del proceso es la construcción y la reubicación de más de 1,600 familias en La Nueva Barquita, uno de los proyectos insignia del presidente Danilo Medina, quien declaró como alta prioridad del gobierno la readecuación de los asentamientos humanos en la barriada La Barquita”, a través del decreto número 16-13, emitido el 7 de febrero de 2013.

¿La inversión? Más de RD$ 4,000 millones que, aunque no benefician a las más de 2.5 millones de personas viven en los 148 kilómetros que recorre el Ozama hasta el mar Caribe, según el informe del Proyecto restauración y manejo integral de las cuencas altas de los ríos Ozama y Haina, efectuado por el Ministerio de Medio Ambiente en 2011, sí tiene sus aportes.

Para el biólogo y ambientalista William Gutiérrez, parte de la solución del río consiste justamente en la reubicación de las miles de familias que residen a las orillas del río, además readecuar los arroyos y cañadas de sectores próximos al Ozama e Isabela y que vierten sus aguas residuales y negras en sus afluentes.

Un análisis a las aguas del río hecho por el Laboratorio de la Corporación de Acueductos y Alcantarillados de Santo Domingo (CAASD) arrojó una demanda biológica de oxígeno o DBO – referente a la cantidad de oxígeno que los microorganismos, especialmente bacterias, hongos y plancton consumen para degradar la materia orgánica en una muestra líquida, utilizado para determinar la calidad del agua de ríos, lagos, lagunas o efluentes –, excesivamente alta.

Mientras que los valores normales se encuentran entre cuatro y cinco partes por mil en un río, en el Ozama se encontraron valores de hasta 43. Asimismo, la demanda química de oxígeno (DQO) fue de 61.6 y 105.2, muy por encima de la norma, que se encuentra entre 40 y 50. En el río Isabela se encontraron valores de DQO superiores, con 500 partes por mil.

En lo que respecta a coliformes - microorganismos que se encuentran comúnmente en el suelo, aguas sobre la superficie y en las plantas, además de estar presentes en los intestinos y excremento de animales y humanos –, se encontraron más de 24 mil NMP (número más probable) de coliformes por 100 mililitros, es decir, el número máximo detectable. En el agua de balnearios no deben existir más de 200 coliformes.

Niños se bañan en las aguas del río Ozama, en las que el análisis de la CAASD encontró un nivel de 24 mil NMP (número más probable) de coliformes por 100 mililitros. En el agua de balnearios no deben existir más de 200 coliformes.

También se estima la presencia de metales pesados en las aguas del Ozama e Isabela, como plomo. Estos metales pueden llegar a los seres humanos a través del consumo de peces atrapados en los ríos, con efectos en la piel, circulación y riñones.

Además de los asentamientos humanos, en la cuenca del río Ozama funcionan 1,550 industrias donde, según el informe redactado en 2011 por Medio Ambiente para la restauración y manejo integral de las cuencas altas de los ríos Ozama y Haina, la mayoría no dispone de sistemas de gestión ambiental o un comité ambiental. En adición, la mayor parte de estas compañías no da ningún tratamiento de importancia a sus efluentes y se limitan a tener pozos sépticos y filtrantes, que son soluciones altamente contaminantes para el agua acumulada en el subsuelo y a la larga para el río Ozama y el mar Caribe.

Como parte de la solución a este problema, el gobierno anunció la construcción de una planta de tratamiento ubicada en el sector La Zurza, que se desprende del Plan Maestro del Alcantarillado, que ejecuta la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD), construida por la empresa española Incatema, con una inversión de 55 millones de euros financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo.

El ingeniero Luis Báez Ramírez, encargado del departamento de Ingeniería, Unidad Ejecutora de Proyectos de la CAASD, asegura que con la entrada en vigencia de la planta, podrá verse una diferencia en unos años en la calidad del agua del río, la cual podrá procesar 1.2 metros cúbicos de aguas residuales por segundo, equivalentes a 28 millones de galones diarios. Pero no es el único paso. Báez Ramírez señala que junto a la construcción de la planta, se necesita realizar el saneamiento a unas 80 cañadas y la construcción de por lo menos 13 sistemas de tratamiento de aguas residuales adicionales en el Gran Santo Domingo.

De su lado, el ingeniero Roberto Castillo Tio, presidente en ICMA SRL Ingeniería Civil y del Medio Ambiente, afirma que el desarrollo de la planta pudo haber sido más económico, aprovechando la capacidad de dilución que tienen los mares a través de un tratamiento primario y la construcción de emisores submarinos, en especial dada la cercanía que tiene el Gran Santo Domingo al mar. Resalta que desde el punto de vista técnico, la planta no fue sometida a una discusión en el momento en que había oportunidad para realizar un cambio que permitiera reducir el costo e incrementar la efectividad del tratamiento de las aguas.

Sin embargo, los asentamientos humanos y empresas que vierten al río y sus afluentes no son los únicos que afectan las aguas del Ozama. El vertedero de Duquesa es una fuente de contaminación importante que incide el en río Isabela, y que hasta el momento no ha sido abordado.

El basurero produce un estimado de unos cinco metros cúbicos de lixiviado – líquido que se filtra a través de los residuos sólidos en descomposición – por hora.

Esos cinco metros cúbicos, equivalen a 22.02 galones por minuto, por lo que en una hora Duquesa produce 1,320 galones de lixiviado; es decir 31,680 galones al día de líquido contaminante que pasan al Ozama a través del Isabela.